Síguenos en redes sociales:

Michu, sin morbo

M. F. D.

El partido tenía a priori dramatismo y morbo. El dramatismo se lo daba la angustiosa situación del equipo. El morbo, la presencia en la alineación del Rayo de Michu, el carbayón que se negó a ser sportinguista, una renuncia que, a la vista de su espectacular rendimiento en el equipo vallecano, resulta todavía más escarnecedora para los rojiblancos, a los que les vendría de perlas un jugador de esas características, con peso en el centro del campo y presencia determinante en el área. Pero el desarrollo del partido diluyó el morbo. Michu jugó demasiado avanzado, como segundo delantero, y las tres torres de la defensa del Sporting -Botía, Gregory y Moisés- lograron fijarlo, lo que no es fácil, pues ha desarrollado un físico imponente y su temperamento ganador es bien conocido. Pero sólo llegó a rematar con peligro una vez y, para eso, en fuera de juego. Michu se fue de El Molinón sin gloria pero también sin pena. El morbo quedó en la hierba.

Pulsa para ver más contenido para ti