Fernando Alonso, noveno en la parrilla, supo encontrar el hueco en la salida -el único momento en el que el Ferrari parece competitivo esta temporada- para ganar cuatro plazas a costa de Button, Rosberg, «Checo» Pérez y Ricciardo, en tanto Massa, decimocuarto, seguía la senda abierta por el ovetense para colocarse séptimo.

Vettel aprovechó por su parte la pole para ir ganando un segundo por vuelta a sus perseguidores, mientras Raikkonen ponía las primeras piedras a otra carrera espectacular que le llevaría de la undécima plaza de la parrilla a la segunda final del podio. Y es que incluso por encima de la victoria de Red Bull lo más llamativo del GP de Bahrein fue el comportamiento de los Lotus del finlandés y del francés Grosjean, confirmando su condición de equipo revelación al que habrá que tener en cuenta este año.

Pero en un circuito rodeado por arenas desérticas lo logrado por Alonso en la salida no fue sino un espejismo, incapaz el asturiano de defender la posición en las rectas ante los sucesivos ataques de Raikkonen, Button y Hamilton. Cuando la carrera se estabilizó en la vuelta 14, después de que completarse el primer cambio de neumáticos, el ovetense se encontraba en la séptima plaza gracias al tiempo perdido por Hamilton en boxes -problemas que posteriormente se repetirían en el segundo cambio y que arruinaron su carrera-, para verse posteriormente adelantado por un Rosberg objeto de un par de investigaciones por parte de los jueces por los duelos que protagonizó con él y con Hamilton. «No me deja espacio para adelantar», llegó a quejarse Alonso por radio a su ingeniero, lo que éste a su vez trasladó a dirección de carrera, que terminaría archivando el asunto.

Séptimo se mantuvo Alonso tras el segundo cambio de neumáticos y octavo tras el tercero y último, y ahí hubiera acabado de no perseguir también la mala suerte al otro piloto de McLaren, Button, que primero pinchaba y luego rompía el tubo de escape. Y aún pudo ganar una plaza más el asturiano, que en los últimos giros recortó más de un segundo por vuelta al Force India del británico Di Resta, del que en meta sólo le separaban dos décimas de segundo.

Bahrein cierra el primer ciclo de la temporada y a Alonso no le queda otra que encomendarse al trabajo que los ingenieros de Ferrari puedan hacer de aquí a la primera cita europea, el 13 de mayo en Barcelona. Para animarse podrá pensar que nunca antes se habían sumado tantos puntos con tan poco coche.