Entrenador del Oviedo

Oviedo, Nacho AZPARREN

Oviedo, N. A.

<pacheta >

En las últimas semanas, José Rojo Martín, «Pacheta» (Salas de los Infantes, Burgos, 1968) ha seguido una costumbre. Al finalizar los partidos, el técnico se queda en el banquillo, paralizado como una estatua, saboreando el momento. Sea bueno o malo. En los partidos de casa llega incluso a sentir cómo se va vaciando la grada del Tartiere.

Pacheta no es un entrenador al uso. Su forma de actuar y, sobre todo, de comunicarse con la grada le ha granjeado entre la afición azul un status que no se recuerda a muchos entrenadores. Incluso en la derrota. «Quizás la gente me perdona más cosas porque tenemos comodines del año pasado. Pero se irán agotando», comenta mientras saborea un café con leche en una cafetería de la plaza de América, lugar habitual de celebración de los éxitos oviedistas. El técnico lleva más de un año en el club y se prepara para su misión más complicada hasta la fecha: el asalto a los puestos de «play-off».

-¿La victoria en Luanco lo arregla todo?

-Ganar lo solventa casi todo, también este triunfo. Pero tengo la sensación de que en las dos últimas derrotas no han tenido la repercusión de las del principio de temporada. La afición está con nosotros y ya no hay dudas.

-Pocos goles ha celebrado tanto como el segundo de Luanco.

-Lo festejé así porque este grupo de jugadores se merece todo. Además vino el asistente a separarnos. ¡Que hemos metido gol! ¡Déjenos celebrarlo! A veces los árbitros están a todo menos a la esencia del juego.

-¿Tuvo dudas tras la derrota en La Roda?

-De este grupo absolutamente ninguna. Te planteas algunas cosas sobre el juego, pero nunca sobre la talla de este equipo.

-¿Ve al equipo capacitado para igualar el nivel de la racha de la primera vuelta?

-En realidad creo que nunca hemos perdido ese nivel. Hemos encadenado dos derrotas de unas características muy particulares. Nada que ver con las dudas de al principio.

-¿Por qué le cuesta al equipo levantar resultados?

-¿Y por qué no le costaba al principio? Remontamos en Leganés, Vigo o ante el Atlético B. Hay cosas que no se pueden entrenar. ¿Tan buenos somos cuando marcamos un gol y tan malos cuando lo recibimos? Yo creo que no.

-Da la impresión de que a veces al equipo no es capaz de llevar el peso de los partidos...

-No estoy de acuerdo. Una cosa es manejar el balón y otra el partido. El Milán de Sacchi en algunos encuentros tenía el 30 por ciento de posesión y ganaba claramente. Sabemos controlar los partidos. Este Oviedo no engaña, ni miente a nadie. Siempre vamos de cara y somos valientes. Nuestro lema es ir siempre a pecho descubierto.

-El lema tiene pegada.

-Y la gente lo percibe así. Para decidir la forma de juego hay muchos factores: las instalaciones donde entrenas, el terreno de juego? y, sobre todo, las características de tus jugadores. Esta propuesta nos ha llevado a la zona alta. Ahora ya no es discutible lo que hace el Oviedo. Puede gustar más o menos pero somos reconocibles.

-Pero admitirá que el sistema no gusta a todo el mundo.

-Sí, pero hace un año estábamos empatados con el descenso y ahora peleamos el ascenso. Algo estaremos haciendo bien. Para jugar como el Barça hay que tener esos jugadores. ¿Por qué no juega el Manchester o el Bayern así? Porque tienen otro tipo de futbolista. A mí me gusta la verticalidad del Madrid de una manera salvaje. Como me gustaba aquel Milán de Sacchi o el Ajax de los 70. Lo más difícil es adivinar a qué deben jugar tus futbolistas.

-¿Le molesta que le digan que su equipo juega al pelotazo?

-No me duele, pero me joroba que no se aprecie lo que entrenamos. Parece que salimos a competir de una forma improvisada cuando, en realidad, todo está previsto de antemano. Con esta forma de juego ganamos más que perdemos. Lo que pasa es que el fútbol no es matemático, el rival también cuenta.

-¿Por qué es este Oviedo tan irregular?

-Esa es la pregunta que me reconcome: ¿Por qué somos tan buenos contra los equipos de arriba y contra los de abajo no? Tengo que conseguir ser bueno contra todos.

-¿Y tiene solución?

-Cada vez competimos mejor.

-¿A pesar de lo del Atlético B y La Roda?

-Ahí perdimos siendo competitivos, no como al principio de año.

-Uno de sus méritos es que ha sabido llegar a la gente.

-Soy directo, no especulo con la respuesta. Creo que también ha calado que no haya cambiado el mensaje desde que vine. Sigo vendiendo lo mismo que el primer día.

-Al renovar dijo que todos debían remar en la misma dirección, ¿ha notado alguna mejora?

-Sin ninguna duda, hemos avanzado mucho. La afición que va al Tartiere sabe lo que se va a encontrar y empuja. Recuerdo el partido del Vecindario, eso te deja marcas. Ahora es diferente. La gente está con nosotros pase lo que pase.

-¿Hubiera firmado la actual situación en agosto?

-Aceptaría estar metido donde quería, lo único que no firmaría es estar a 10 puntos del líder. Queríamos estar metidos en el ajo y ahora nos encontramos ante una oportunidad preciosa de... (pausa) ganar al Alcalá. Y luego ya hablaremos de objetivos más ambiciosos.

-Complete la frase: No subir sería?

-Una gran decepción, la mayor para mí, pero jamás lo calificaría de fracaso. La exigencia era estar arriba y ahí estamos.

-¿Es posible el primer puesto?

-Es posible ganar al Alcalá.

-¿Se puede ascender sin quedar primero?

-Sí.

-¿Firma el cuarto puesto?

-Depende cuando me lo pregunte. Ahora, sólo ganar al Alcalá.

-¿Qué le parece Oviedo como ciudad? Se le ve adaptado.

-Es una ciudad estupenda. Lo que más me gusta es que es limpia y cómoda. Me siento muy a gusto aquí y sólo recibo muestras de cariño de la gente, independientemente de que ganemos o perdamos. Lo agradezco en el alma.

-¿Le gusta a su familia?

-Han venido tres veces y les he visto encantados. Lo más importante es que me ven feliz y así es todo más sencillo.

-¿Le para mucha gente por la calle?

-Continuamente. Los ciudadanos de Oviedo siempre me han dado muestras de cariño. Alguno me comenta que ponga a este jugador o al otro pero siempre desde el respeto. Todo depende del tono con que te digan las cosas, hasta te pueden insultar si es de forma cariñosa.

-¿Le reconocían más en su época de jugador en Barcelona o Soria?

-No, yo creo que cuando más me han parado es aquí, en Oviedo. ¡Siendo entrenador del Oviedo me han parado hasta en Londres! Tres o cuatro parejas de Oviedo me pidieron que si me podía hacer una foto con ellas. Me asombró.

-¿Qué le gusta hacer en su tiempo libre?

-Leer y algunas aficiones como la caza y el tiro al plato. Puedo hacer tiro en algún día libre, lo de la caza es más difícil; a mí me gusta la caza menor y aquí no puedo hacer mucha.

-¿Qué ha visitado al margen de Oviedo?

-He estado en Covadonga tres o cuatro veces. También en Gijón y en playas del Oriente y del Occidente, pero no conozco Asturias en profundidad. Las tardes libres normalmente las tengo ocupadas.

-¿Qué es lo que más le ha gustado del Principado hasta ahora?

-La capital, me encanta. Y me gusta la gente de aquí, me siento cómodo con ellos. En ningún momento he tenido la sensación de soledad, que es el mayor peligro de esta profesión. Alguna vez te sientes un poco solo porque estás lejos de casa, pero trato de abrirme a la gente, soy un tipo sociable.

-Si le llama un amigo de Soria y le pide una recomendación para el fin de semana en Asturias, ¿qué le dice?

-Le diría: «¡Ven a Oviedo inmediatamente!». Esta ciudad es una pasada, le recomendaría a mi amigo que no saliera de Oviedo en todo el fin de semana, que se pasara tres días aquí. Le diría que subiera al Cristo, que paseara todo el día por el casco viejo y luego que fuera a Gascona. La sidra es excepcional. Y que se tome un buen plato de cuchara: fabes, pote, callos? Comiera donde comiera seguro que mi amigo quedaría encantado.