J. M. MATUTE

El Madrid siempre encuentra esta campaña una solución en su fondo de armario a los compromisos que debe despachar cada jornada. A veces de frac, otras de mono añil, los de Mourinho suman y suman sin descanso. Llevan diez victorias consecutivas a domicilio -récord en una temporada- y ayer, con el mono y con polémica final para no variar, regalaban un triunfo a su entrenador con el que el portugués adornaba su centenario en el banquillo merengue.

Como tantas veces fue el rival, el Betis, quien se adelantó. Lo hizo en su primera llegada al área de Casillas y al resolver Molina una contra fulgurante verdiblanca. Era partido de sacrificio y el Madrid se puso a ello ante un Betis magníficamente sostenido por Beñat e Iriney y consciente de que sus ocasiones debían llegar a base de velocidad y de pillar a contrapié a la zaga ayer roja.

La ventaja local duró un cuarto de hora, hasta que Özil, un jugador que hasta con mono puede llevar pajarita, encontró un hueco por el que dejar de cara a Higuaín ante Fabricio. Zapatazo y empate.

Pudo el Betis ponerse de nuevo por delante en el minuto 41 con una falta lanzada por Salva Sevilla que Casillas desvió al larguero, y pudo el Madrid marcar en la contra siguiente por medio de Higuaín, y un minuto después por parte de Cristiano, pero se topó con Fabricio. Pim, pam, pum. Empate en una primera parte sin tregua y jugada a toda pastilla, algo en lo que suele colaborar Iturralde en su excesivo afán de dejar seguir el juego.

Sin el lesionado Iturralde, el partido mantuvo la tensión en la segunda. El Betis, buscando la estocada a la contra; el Madrid, en oleadas. En uno de éstas el balón llegó a trompicones dentro del área a Ronaldo y el portugués afianzó su reinado continental con su trigésimo primer gol en Liga.

Pero no dejó el Betis al Madrid cambiar el mono por el frac. Jeffeson Montero, un jugador que ha hecho crecer a los de Mel, aprovechaba en el 54 un regalo de Arbeloa a la salida de un córner para fusilar a un Casillas clavado bajo palos. Un Casillas que salvaba dos seguidas en el 57 a Castro y Montero. Sin tregua. Kaká caía en el área en el 58; Marcelo encontraba una autopista hasta Fabricio en el 60 pero no acertaba a definir. Hasta que apareció una vez más Ronaldo. Un rechace de Fabricio (minuto 72) fue a caer precisamente a la pierna izquierda del portugués. Otro a la alforja y el 2-3 del Madrid.

Tuvo el triplete Ronaldo en el 78 pero se le fue el disparo, y Ramos sacó con la mano un trallazo de Montero en el 93. Penalti al limbo y más madera para los árbitros. No hubo más y el Madrid daba otro paso hacia el título. Esta vez con el mono de trabajo y final polémico.