Avilés, Albina FERNÁNDEZ

El Avilés recibe mañana (18.00 horas) al matagigantes Candás, un equipo que está luchando por meterse en los puestos de promoción (ahora es cuarto) y que será una buena piedra de toque para calibrar la evolución del conjunto avilesino, que lleva seis victorias consecutivas (las cinco últimas sin recibir ningún gol) y que aspira a sumar la séptima para establecer la mejor marca de la temporada.

El técnico blanquiazul, Ricardo Bango, respeta al rival, pero considera que ahora mismo «el peor enemigo somos nosotros mismos» y tiene claro lo que demanda de los suyos. «Quiero que el equipo salga decidido, que esté atento, que se esfuerce, que genere peligro y que esté serio atrás. Luego si no se gana no se podrá decir nada a los jugadores porque se puso todo para conseguirlo». Y es que el entrenador blanquiazul marcó como objetivos ante el Candás el ser más sobrios en el aspecto defensivo y mejorar la efectividad ante el marco rival, pese a que en los dos últimos partidos el Avilés marcó ocho goles. «Entrenamos ciertas acciones combinativas en ataque y vamos a ver si somos capaces de instaurarlas y que tengan más presencia en los partidos», señaló.

El técnico pone una buena nota a los suyos a estas alturas de la temporada. «El equipo gana con claridad, con contundencia en el marcador, defiende bien, genera muchas ocasiones y la nota es buena. Ahora tenemos que seguir siendo regulares para llegar a mayo en las mejores condiciones». Bango insiste en que sumar puntos y ganar es importante, pero que lo es más que el equipo llegue bien a la promoción. «Vamos a ser claros, me temo que este año no va a haber un Costa Cálida (el rival del pasado año del Marino) y los jugadores lo saben, no me canso de decirlo. El equipo tiene que llegar en un sprint final con un rendimiento muy alto», comentó para añadir: «Nuestros objetivos son claros y queremos que el equipo llegue al máximo para ver si somos capaces de ascender, y no me sirve un juego ramplón. Prefiero resultados ramplones con un gran juego que al revés porque necesitamos llegar en plenitud de esfuerzo, de rendimiento y con una consistencia muy grande».

Los buenos resultados y la sensación de seriedad que da en cada partido contribuyen a que reine el optimismo entre los avilesinos. «Es cierto que si se gana con contundencia en el marcador y realizando un buen partido, la sensación, la confianza y la nota técnica es alta, pero hay veces que el marcador no acompaña. Nosotros hemos hecho partidos francamente buenos para tener tanteadores muy superiores y no pasamos del empate o incluso perdimos», aclaró Bango.

El Avilés no tira la toalla por el primer puesto y luchará con el Caudal hasta que las matemáticas digan lo contrario. Por eso Bango no quiere oír hablar de relajación. «Lo bueno que tenemos es que los partidos de casa los jugamos en el Suárez Puerta, con un gran ambiente y mucha gente, y ésa es la mayor motivación porque todo el mundo quiere jugar. Fuera de casa seguimos afrontando los partidos con opciones de quedar primeros, y eso también motiva». Y lanza una advertencia: «Puede haber algún jugador que esté relajado, que no significa falta de actitud e interés, pero somos humanos y puede pasar. Si esto sucede, el jugador que no tengan intensidad, sobre todo en las últimas jornadas, no va a jugar. Ése es el mensaje que siempre dimos, y no es ningún castigo. Los jugadores que lo están haciendo bien, que confío en ellos, saben que es dentro de dos meses cuando más voy les voy a pedir y si empiezan a bajar su rendimiento no jugarán, sobre todo cuando ya esté definida matemáticamente nuestra posición final en la clasificación, sea la que sea».

Bango, en todo caso, está convencido de que no habrá relajación. «Es un año muy bueno, sensacional, para pasarlo bien y disfrutar como futbolista con responsabilidad y esfuerzo. No entendería que alguno se quedara fuera así», concluyó.