La presidenta de Madrid, Esperanza Aguirre, se ratificó ayer en exigir que no haya pitadas a ningún símbolo nacional en la final de la Copa que disputarán el viernes el Barcelona y el Athletic, y ha exigido que se respete la libertad de expresión que le ampara «para decir lo que piensa».

Aguirre, que presidió el Comité de Dirección del PP de Madrid, se refirió de nuevo a sus polémicas declaraciones del martes, cuando planteó suspender la final si las aficiones vasca y catalana «pitan» al príncipe, la bandera o el himno español, una propuesta que ha provocado un aluvión de críticas.

La presidenta se ha ratificado en todas y cada una de sus palabras sobre este asunto, y además ha preguntado «qué ocurriría si en una final de campeonato de Cataluña empieza a sonar Els Segadors (el himno catalán) y se produce una pitada monumental», una suposición que ha sometido «a la reflexión de la gente». Aguirre añadió que «en un país serio no se pita a los símbolos nacionales. ¿Se imaginan en Inglaterra, Estados Unidos o Francia consintiendo este tipo de agravios a los símbolos?» y puso de ejemplo un caso ocurrido en Francia cuando Nicolás Sarkozy, entonces presidente, amenazó con suspender partidos de la selección si se volvía a pitar a La Marsellesa como había ocurrido en un encuentro entre Francia y Túnez por parte de seguidores de este último país.

«Si hay equipos que no quieren jugar el Campeonato de España, pues que no lo jueguen», ha reiterado Aguirre, que ha recordado que el Athletic de Bilbao y el Barça son los dos equipos de fútbol españoles «que tienen más copas del Campeonato de España» y que van a alinear el viernes «un mínimo de 9 jugadores de la selección» nacional.

Respecto a la llamada de la Plataforma Pro Selecciones deportivas catalana, gallega y vasca, y de CiU, Amaiur, ERC, BNG e ICV, para que bilbaínos y catalanes reivindiquen el reconocimiento internacional de las selecciones en la final de la Copa y la conviertan en un «día a afirmación nacional», la presidenta ha recordado a esos diputados que gozan de «inmunidad pero no impunidad» parlamentaria para realizar sus propuestas.

Les ha acusado de «incitar a un delito» animando a los aficionados a silbar en el partido del viernes, y ha dicho que, al parecer, entre esos diputados independentistas hay «algunos que han defendido los colores de España en la selección española de balonmano».

Ha destacado asimismo que Athletic de Bilbao y Barça «tienen una mayoría de seguidores que no son para nada antiespañoles» y que cuentan con aficionados en toda la geografía nacional, incluida su propia jefa de gabinete que, según ha indicado, es «culé».

Se trata, según la presidenta, de que «una mayoría» evite «que una minoría radical delinca» y ofenda a los símbolos nacionales, «tanto a la bandera, como al himno de España como al jefe del Estado», porque, ha recordado, se trata de delitos contemplados en el Código Penal.

Ha cuestionado si silbar al himno de España «crea ambiente, como algunos han dicho», y en cuanto a que su intención haya sido «hacer política» con el fútbol, ha recordado que «fue Amaiur» quien acudió al Congreso con este asunto.

Dirigentes del PP en Cataluña y el País Vasco se manifestaron en contra de las declaraciones de Aguirre; así la presidenta del partido en Cataluña, Alicia Sánchez Camacho, aseguró que Aguirre ha caído en la «trampa de los radicales» y el portavoz del PP en el Parlamento Vasco, Antón Damborenea, las considera un «error» porque «dan cancha a los radicales».

El portavoz de CiU en el Congreso, Josep Antoni Duran Lleida, definió a Aguirre, como una «fabricante de independentistas» y ha augurado que sus palabras provocarán «más silbidos» contra el himno español en la final.

El líder de ERC, Oriol Junqueras, ha considerado que lo que dijo la presidenta de la Comunidad de Madrid, «evidencia» que en España «hay partidos políticos con muchos irresponsables, iluminados y chalados que se dedican a hacer declaraciones inverosímiles, en vez de preocuparse por los parados».