Oviedo, Antonio LORCA

Al Oviedo le hubiera hecho falta que el partido durara cinco minutos más para haberse llevado la victoria. Los de Riera comenzaron a estar acertados de cara al aro en los minutos finales del último cuarto, lo que les valió para reducir una desventaja que era de 16 puntos (49-65) cuando faltaban siete minutos para el final, pero que no bastó para dar la vuelta al marcador.

Enfrente tenía ayer el Oviedo a un rival muy complicado, uno de los candidatos al ascenso, que, tras su victoria de ayer, se colocó segundo de la clasificación. Por su parte el Oviedo se alejó aún más del «play-off» de ascenso. Para que los asturianos se metan entre los nueve primeros tendrían que ganar los tres partidos que le quedan y el Ávila perderlo todo hasta el final.

A pesar de la diferencia en la clasificación, el Oviedo mantuvo el pulso en el primer tiempo (29-31) gracias a una buena defensa que contrarrestó su desacierto en el tiro (1 de 10 en triples y un 36 por ciento en tiros de dos). También fue providencial la actuación de un Héctor Macía que anotó 15 de los 29 puntos del Oviedo en la primera parte y que ayer volvió locos a sus defensores con su espectacular gancho. El menor de los hermanos Macía acabó con 27 puntos y 4 rebotes.

Pero en el tercer cuarto se juntó todo. Los carbayones seguían sin ver aro con claridad y, en cambio, los gallegos comenzaron a anotar con enorme facilidad. El 12-26 del tercer parcial ponía la ventaja del Ourense en 16 puntos, una renta que se presumía definitiva.

Pero el Oviedo se negó a entregar el partido y los últimos minutos comenzó a ver el aro más grande y fue reduciendo la ventaja hasta los seis puntos del final. Tras la canasta que ponía a Ourense a 16 puntos a siete minutos del final, el Oviedo contestó con un triple de Álex González. Hasta el final llegarían cuatro triples más (otro de González, uno de Le Duc, uno de Héctor Macía y uno más de Brown). A los ovetenses además de algo más de tiempo les hubiera hecho falta para remontar una defensa más agresiva que secara la anotación de los gallegos. Lo que si consiguieron es dar emoción al encuentro hasta el final y meter el miedo en el cuerpo al Ourense, uno de los gallitos de la competición.