«Mis vacaciones ya las tuve cuando estuve parado por la lesión de rotura parcial del ligamento interno en la rodilla izquierda que ya fue hace dos meses, así que ahora me preparo cada día en el gimnasio de mi pueblo porque quiero llegar al cien por cien recuperado al inicio de la pretemporada del primer equipo, a ver si consigo quedarme arriba». Así de ilusionado está Miguel Ángel Guerrero (Toledo, 12-7-1990), delantero centro del Sporting B que en los 32 partidos disputados la pasada temporada logró 13 goles en Liga y uno en Copa de la Federación.

La lesión se produjo ante el Vecindario, al poco de iniciarse el partido en el campo Pepe Ortiz de Mareo. En principio se creía que iba a ser de más gravedad, pero quedó en menos al ser rotura parcial del ligamento interno. El doctor Antonio Maestro le inmovilizó dos semanas y luego con trabajo a diario con los fisios al final de temporada ya pudo incluso entrenarse con toda la plantilla del filial, aunque se perdió los últimos seis partidos.

Ahora el delantero centro está en Borox, su pueblo, que se encuentra a 40 kilómetros de Toledo y en el límite con Madrid, bajo un sofocante calor. De lunes a viernes se encierra en un gimnasio. «Me dieron un plan para fortalecer el cuádriceps y los isquiotibiales durante dos horas para que cicatrice bien la lesión y luego ya me tocará también correr para tener totalmente bien la pierna izquierda», señala.

Está radiante al saber que el entrenador Manolo Sánchez Murias le convocó para hacer la pretemporada con el primer equipo. Guerrero tiene claro que esto es «un premio al buen trabajo que hice durante la temporada pasada y estoy muy agradecido al técnico porque confía en mí. Pero ahora ya pienso en llegar bien cuando se inicie la pretemporada del Sporting para buscarme un hueco y quedarme. Me veo con esas posibilidades y tengo confianza en meter la cabeza en el equipo grande. Así que no voy a perder cinco días de trabajo en gimnasio por irme de vacaciones hasta las playas; miraré ir algún fin de semana. Las vacaciones ya las tuve al estar parado todo ese tiempo de la lesión y mientras hacía la rehabilitación. Prefiero seguir dándome caña en el trabajo por fortalecer bien la pierna izquierda como me mandaron para llegar al cien por cien a la pretemporada del equipo grande».

Precisamente sobre el balance de la pasada temporada con el filial y primera en el club rojiblanco, el goleador toledano reconoce que «es positivo y estoy contento de cómo rendí. Aunque también está claro que los números se pueden mejorar. Lo principal es que venía de un club como el Albacete y encontrarme con las instalaciones de Mareo y un club histórico como el Sporting me hizo mucha ilusión. Me sentí pronto como uno más del equipo porque me arroparon mucho los compañeros y era como si estuviera en casa». Para agregar sobre el gol más bonito que marcó, que «fue el primero que hice ante el Tenerife en El Molinón, donde me fui de la defensa y superé al portero en el mano a mano. Disfruté más el del Carlos Tartiere ante el Oviedo, aunque no se logró la victoria».

Tuvo de entrenador a Manolo Sánchez, quien ahora se va a hacer cargo del primer equipo y a quien ya conoce bien. «Está preparado totalmente para dirigir los mandos del Sporting y cumplir el objetivo. Lo demostró con su campaña en el filial. Desde el primer día ya inculcó a los jugadores la necesidad de tocar la pelota, salir jugando desde atrás y siempre atacar. Es un técnico cercano y que da confianza a los futbolistas».