En su particular camino hacia el monte Calvario, el Sporting hará mañana, sábado, una parada en Getafe. Siempre con la cruz de verse colista a cuestas, los rojiblancos buscan la redención de una victoria que les permita mantenerse con opciones de alcanzar el objetivo, acortar la distancia con los equipos que marcan la permanencia y reconciliarse con una afición que ha recuperado el carácter crítico con el equipo. Cualquier resultado que no sea la victoria acercará aún más a los rojiblancos al abismo de la Segunda División.

A falta del último entrenamiento, que se celebrará esta mañana en El Molinón a puerta cerrada, y de la definitiva lista de convocados, parece seguro que habrá novedades en la alineación rojiblanca. La más significativa estará en las bandas. Clemente quiere hacerle daño al Getafe por fuera y busca dos estiletes como Trejo y Ayoze. De las Cuevas volverá a situarse como enganche por detrás de Adrián Colunga, que será el delantero de referencia. La otra novedad será el regreso de Botía al centro de la defensa, donde formará pareja con Iván Hernández. Los damnificados por estos cambios serán Barral, André Castro y un Eguren que se ha lesionado.

A pesar de las dolorosas últimas derrotas en El Molinón, el Sporting no estará solo en Getafe, donde se espera que pueda tener el respaldo de cerca de mil quinientos aficionados. La jornada festiva y los atractivos de un desplazamiento a Madrid, unidos a la gran cantidad de seguidores sportinguistas que residen en la capital, garantizan un equilibrio de fuerzas en la grada del Coliseum.

El Sporting necesita dar síntomas de recuperación con carácter de urgencia. La distancia con la permanencia es de siete puntos y el Villarreal aún tiene que visitar El Molinón. Sin embargo, las sensaciones que está transmitiendo el equipo no son buenas. La fragilidad defensiva está condenando a un equipo que consigue hacer goles, pero que no logra traducirlos en victorias.

La de Getafe es quizás una de las salidas más asequibles que les quedan a los de Javier Clemente, a pesar de que la historia reciente indica lo contrario, ya que los rojiblancos no lograron ganar en el Coliseum desde el último ascenso. La Semana Santa es tiempo de pasión, pero el Sporting busca indulgencia y, si fuera posible, conseguir su resurrección.