Getafe (Madrid),

Víctor RIVERA

Lo cierto es que eran menos de los esperados, no alcanzaban al millar, y muchos menos que en temporadas anteriores. Pero se dejaron oír. Su voz se escuchó alta y clara y su malestar es el malestar de miles de sportinguistas que ven impotentes cómo su equipo parece abocado a regresar al pozo de la Segunda División. La explosión se produjo en Getafe, donde los seguidores rojiblancos cantaron contra Clemente, contra José Fernández, máximo accionista del club, y pidieron la dimisión de Manuel Vega-Arango. La temida revuelta popular contra el palco ya está en marcha y parece muy difícil de controlar.

La afición del Sporting pasó ayer por todos los estados de ánimo. Comenzó animosa, alentando a su equipo y dominando por completo en el Coliseum. Siguió enfrentándose con la afición local, que les provocó anunciando su descenso y mofándose de él, y acabó cargando contra todo. La situación se hizo esperpéntica cuando toda la grada local se unió al canto contra Javier Clemente. El técnico, por cierto, apenas se dejó de ver y no salió del banquillo, como suele ser habitual en él.

Tampoco los futbolistas se escaparon de la ira de una afición que busca culpables del deterioro sufrido por su equipo. La Mareona exige más coraje a sus futbolistas y brama contra los responsables de las últimas decisiones adoptadas en el club. El partido contra el Levante, si se mantiene la tónica de juego y de resultados, va camino de convertirse en un polvorín.