Oviedo, J. M. MATUTE

Que esta temporada iba a ser diferente ya lo vimos en Australia y Malasia. Nada de la tiranía de Red Bull como en los dos últimos años. Las diferencias menguan y el pelotón de aspirantes crece. Y ha llegado China, qué paradoja, para mostrarnos la parrilla de salida más democrática que se recuerda: cinco escuderías diferentes ocupando las seis primeras plazas, con los Mercedes de los alemanes Nico Rosberg y Michael Schumacher al frente. Desde el GP de Monza de 1955, con el argentino Juan Manuel Fangio al volante, Mercedes no lograba la primera plaza. Y no busquen entre los diez primeros a Vettel, el coleccionista de poles en 2011, cuando con 15 batía todos los récords. Se quedó estancado en la Q2.

Ross Brawn ha vuelto. El genio que en 2009 hizo campeón a Jenson Button con un Honda camino del desguace al que incorporó un difusor tan polémico como invencible, se ha sacado ahora de la manga un alerón trasero que trae a mal traer al resto de escuderías, pero que la Federación ha dado por bueno. Rosberg lo exprimió al máximo. Dio una vuelta tan perfecta en su primer intento de la Q3 que se permitió el lujo de bajarse del coche e iniciar la ronda de saludos por adelantado. Cinco décimas sacó a Hamilton -autor de las poles en Australia y Malasia, y relegado ahora a la séptima plaza por sustituir la caja de cambios de su McLaren- y Schumacher. Menos mal que Brawn aún no ha dado con la tecla que permita al Mercedes mantener el ritmo en carrera, ya que degrada en exceso los neumáticos.

Mercedes, Sauber, Lotus, McLaren, Red Bull... Hay que bajar hasta la novena plaza para encontrar el Ferrari de Fernando Alonso, que pasó con tremendos apuros a la tercera ronda y que en ella, al rolar el viento y empujar de cara en la gran recta, no pudo siquiera repetir el tiempo de la segunda. El F2012 sigue estando a un mundo en prestaciones de sus rivales, aunque al contrario de lo que le ocurre al W03 de Mercedes es más competitivo en carrera que en la clasificación. De ahí que aunque el asturiano descarte la opción del podio sí considere que «podemos lograr unos buenos puntos si acertamos en la salida, la estrategia y el paso por boxes».

Pero tratándose de Alonso tampoco puede obviarse otra carrera perfecta. En Australia y Malasia ganó siete plazas en carrera respecto a su posición en la parrilla y acabó de líder de la general. Siete adelantamientos hoy le llevarían al podio. Y si hay jaleo en pista, mejor. «En condiciones normales hay pocas opciones, pero si llueve y se monta el caos todo es posible», reconocía.

Su primer objetivo será salvar la primera curva y el ímpetu de un Vettel a su rebufo y poco acostumbrado a verse en mitad de un pelotón cada vez más democrático.