El mal estado del césped del Carlos Tartiere es uno de los grandes quebraderos de cabeza del Oviedo. Una situación que no gusta nada al actual entrenador, Félix Sarriugarte, y que lleva padeciendo el club prácticamente desde la construcción del estadio.

Conscientes de la dificultad de subsanar este problema de una forma definitiva, el Ayuntamiento de Oviedo, propietario del campo, ha emprendido un proyecto para que en los próximos meses está al menos un poco mejor. Hace 45 días un robot trató de buscar la causa de las filtraciones que encharcan el césped del Tartiere. Tras ese estudio se ha conseguido mejorar un poco el estado del campo. «El campo está prácticamente seco a 20 centímetros de profundidad. La idea es pinchar hasta esa profundidad para que baje el agua que hay en la superficie y plantar nuevas semillas que mejoren la situación que ahora presenta el campo», explica el concejal de Urbanismo de Oviedo, que ayer visitó, junto al concejal de Deportes, Jorge Menéndez, y a dos técnicos, el Carlos Tartiere.

Ese trabajo previo que se realizó en el campo ha conseguido que la arena de la parte más profunda del campo esté prácticamente seca y tenga capacidad de drenar agua. En la superficie el campo sigue estando encharcado, pero la intención ahora de los técnicos es ir pinchando en distintos lugares para que el agua baje y sembrar en esa parte más profunda las semillas que mencionaba el concejal de Urbanismo.

La idea del consistorio ovetense es que el campo tenga alguna mejoría en un plazo que se puede estimar, de forma aproximada, en un mes. No se trata de una solución definitiva, pero sí de una forma de paliar la actual situación. Y es que en invierno este campo sufre mucho por la poca luz que le llega. «Hay muchas soluciones definitivas y a largo plazo, pero se trata de proyectos que ahora mismo, por su alto coste económico, no nos podemos plantear. Pero lo que estamos haciendo ahora es algo que va a mejorar el campo y que es más factible realizar», añade Pando.

Se trata de unas medidas para estos meses de invierno, en lo que es el campo sufre más de lo normal. Para el verano el Ayuntamiento se plantea seguir trabajando y estudiando formas para que el campo mejore. «El césped necesita sol, claridad. Los meses malos son los de invierno. Estuvimos a las 12, una hora en la que debía de dar el sol, y el campo estaba en sombra. En invierno, por la situación del campo, apenas llega el sol al campo y esa es una de las razones de su estado», se lamentaba el concejal. Con este proyecto Félix Sarriugarte podrá esperar que el campo, como mínimo, mejoré un poco para el final de la temporada.