Pasaban dos minutos de las diez de la noche cuando Sarriugarte abandonaba el Tartiere. «Me han echado», le confesó a un empleado del club antes de subirse al coche conducido por Toño Velázquez, su segundo. Los últimos pasos del entrenador vasco se consumieron con discreción, la que siempre le ha acompañado en el banquillo azul. Iñaki Alonso se posiciona ahora como el principal candidato a sucederlo, siempre que se adapte a los criterios económicos. El club maneja una lista con cuatro alternativas en la que también destaca el nombre de Gonzalo Arconada.

Los acontecimientos se sucedieron después del empate ante el Caudal. A la desilusión en una jornada propicia para acercarse al líder le siguió el grito mayoritario de la grada. El «¡Sarriugarte, dimisión!» sonó con intensidad mientras los futbolistas abandonaban el terreno de juego. Para entonces la decisión ya estaba tomada. Toni Fidalgo ordenó una reunión de urgencia en las oficinas del Carlos Tartiere con el resto de miembros del consejo.

Tras la rueda de prensa, Sarriugarte fue convocado a la reunión. En ella se le comunicó la decisión: su papel como entrenador del Oviedo había tocado a su fin. El encuentro con el entrenador se alargó durante unos cuarenta y cinco minutos. Mientras tanto, los capitanes del equipo -Aitor Sanz, Diego Cervero y Xavi Moré- esperaban en uno de los vestuarios. El consejo también quería hablar con ellos después de hacerlo con el entrenador.

El principal problema a la hora de rescindir el contrato del técnico vasco es de componente económico. Existe una cláusula en el contrato de Sarriugarte que puede encarecer su salida del club. En plena ampliación de capital y con la posibilidad de que Quique Pina recalara en el club, Sarriugarte solicitó al consejo la inclusión de una cláusula en su contrato según la cual la indemnización en caso de destitución sería mucho más alta si el equipo se encontraba en «play-off» en el momento de su despido. La razón de esta cláusula era el temor de Sarriugarte a que Pina llegara con Lucas Alcaraz de la mano para el banquillo. Ahora, el Oviedo se verá obligado a negociar con el vasco para llegar a un acuerdo en la indemnización.

Tras la reunión con Sarriugarte les tocó el turno de los capitanes del equipo, que se hablaron con Fidalgo y los consejeros para analizar la situación. Fidalgo confirmó a los periodistas presentes en el Tartiere la decisión tomada en torno a las once de la noche. Antes, el presidente había mandado un mensaje por teléfono a la gente de Carlos Slim para informar de la decisión tomada.

El consejo tendrá ahora un plazo de un par de días para lograr el entrenador ideal. Para optar al puesto, además de los méritos deportivos se exige que el candidato se adapte a los criterios económicos del club azul.

Fidalgo y el consejo barajan una lista de cuatro nombres para hacerse cargo del banquillo. La opción que suena con más fuerza es la de Iñaki Alonso, con el que se hablará en las próximas horas para ver si su caché tiene cabida en los márgenes establecidos. Iñaki Alonso (Durango, 1968) es un técnico con experiencia en Segunda B y Segunda División. El primer logro del vasco fue el ascenso con el Real Unión de Irún a Segunda en la temporada 2008-2009. En aquel equipo se encontraba el actual capitán del Oviedo Aitor Sanz.

El entrenador volvió a repetir éxito en la campaña 2010-2011, esta vez al frente del Murcia. La temporada pasada dirigió al conjunto pimentonero en Segunda, con el futbolista azul Galder Cerrajería en su plantilla.

Otro de los candidatos al banquillo azul es Gonzalo Arconada (San Sebastián, 1961). Arconada tiene una dilatada trayectoria con éxitos como el ascenso a primera con el Numancia (temporada 2007-2008) o dirigir al Almería en Primera División en la 2008-2009.