Gijón, J. E. CIMA

«Para mí es un orgullo y también un acierto del presidente Ángel Viejo Feliu que la mitad de mi traspaso al Athletic se dedicase a comprar los prados para crear la escuela de Mareo, que es un gran patrimonio del club. Ojalá pueda seguir viendo muchos aniversarios». Ignacio Churruca se manifestaba así ayer en las instalaciones de Mareo cuando se cumplen hoy 35 años de la inauguración (28 de marzo de 1978) merced a que el Sporting vendió con la aprobación de los socios rojiblancos al extremo internacional al Athletic de Bilbao por un total de 312.000 euros (52 millones de pesetas). Era mucho dinero entonces.

El traspaso se hizo en el verano de 1976 después de nueve temporadas de Churruca como jugador rojiblanco en las que disputó 306 partidos oficiales de Liga. El Sporting había vendido la mitad de los campos de entrenamiento en Los Fresno y se preparaba en precarias condiciones en La Fontania y por eso el presidente Ángel Viejo Feliu tuvo la idea de fundar una escuela de fútbol siguiendo el ejemplo de Lezama.

Luego el relevo de presidente trajo al cargo a Manuel Vega-Arango en 1977, que se encontró con las obras iniciadas, pero con sólo un campo. La directiva del Sporting tuvo que hacer frente a un duro reto recibiendo otros 294.000 euros (49 millones de pesetas) de ayuda de la Federación Española de Fútbol, que presidía Pablo Porta. El arquitecto fue el seguidor rojiblanco Miguel Díaz Negrete, apoyado por la constructora Di Caminos y también del candasín Emilio Granda. Roberto Entrialgo era el directivo sportinguista encargado de las obras.

Churruca, ahora con 64 años y vecino de Sariego, después de años sin visitar Mareo lo hizo con LA NUEVA ESPAÑA. El que fuera extremo recuerda su llegada al Sporting en 1967, cuando «vine del Zarautz a hacer una prueba al llamarme Galarraga y ya me quedé. Pagaron 300 euros (50.000 pesetas) al conjunto vasco. Tuve un gran rendimiento y cuando bajamos en 1976, como mi puesto ya estaba bien cubierto por Ferrero, se decidió aceptar la gran oferta del Athletic por mi traspaso. Creo que el Sporting salió bien beneficiado porque así pudo empezar la obra de Mareo al comprar con parte de mi traspaso los 112.000 metros de terreno. La otra parte sirvió para pagar deudas a los compañeros, que lo agradecieron». Churruca, que fue internacional absoluto 16 veces, no olvida que «había polémica porque se quería subir pronto y no dejar salir a nadie. Hubo una asamblea extraordinaria de socios y se aprobó mi marcha. Ese dinero fue clave para que luego el Sporting viviera una época muy brillante».