Las fiestas de Semana Santa hicieron que muchos aficionados del Sporting dejaran para última hora la adquisición de entradas. El consejo de administración había determinado que este encuentro fuera día del acompañante por lo que cada socio podía conseguir cuatro entradas a precio reducido. Esto provocó largas colas ante las taquillas del estadio antes del inicio del encuentro e hizo que algunos aficionados accedieran a sus asientos con el partido ya iniciado. A pesar de que el horario de sábado a las seis de la tarde suele reducir sensiblemente la afluencia de aficionados por razones laborales, El Molinón rozó ayer los veinte mil espectadores, una entrada muy respetable para lo habitual en la categoría. El público ha vuelto a engancharse con el equipo y la Mareona ya calienta motores para el desplazamiento a Ponferrada dentro de tres semanas.