El final de fiesta no fue todo lo agradable que hubiera querido la afición mierense. Al término del encuentro, la Policía Nacional tuvo que intervenir para apaciguar una pelea entre seguidores caudalistas y alcalaínos.

Los escasos efectivos de la Policía Nacional de Mieres presentes en el encuentro se las vieron y se las desearon para impedir que una pelea entre seguidores radicales del Alcalá y aficionados blanquinegros no acabara en una batalla por las calles de mieres.

Antes de comenzar el encuentro, los agentes tuvieron que escoltar a varios seguidores del Alcalá que habían increpado a aficionados blanquinegros fuera del estadio, pero lo peor llegó al término del mismo. Cuando los alcalaínos se dirigían a la salida del campo siguieron increpando a los aficionados locales, lo que derivó en un pelea en la calle Villaviciosa. Los agentes tuvieron que intentar sofocar una pelea entre los alcalaínos y los mierenses que podría haber acabado peor, ya que la dotación mierense apenas era de seis agentes. Las fuerzas del orden público pudieron reducir a varios y sofocaron unos disturbios que concluyeron sin ninguna detención.