Cuando la Asociación de Tenistas Profesionales (ATP) actualice hoy su ranking, un asturiano volverá a aparecer entre los cien mejores del mundo. Con los puntos logrados por su victoria de ayer en el Challenger de El Espinar (Segovia), el Open de Castilla y León, el gijonés Pablo Carreño rondarán el puesto número noventa. Se confirma, por tanto, como sucesor de Galo Blanco, el último asturiano en el «top ten», que llegó a ser el número cuarenta en mayo de 1998. En la localidad segoviana Carreño confirmó su gran temporada y su condición de número uno del torneo para vencer en la final al francés Albano Olivetti por 6-4 y 7-6 (2).

Diez años después del triunfo de Rafa Nadal en El Espinar, Pablo Carreño logró la undécima victoria española y rompió varios maleficios: lograba un triunfo español después de dos años de sequía en esta pista; era el primer cabeza de serie que luchaba por el título en las tres últimas ediciones; y ganaba un «tie-break» a Olivetti, precisamente el que le daba el título, los 6.150 euros de premio y los noventa puntos ATP que lo sitúan más arriba del puesto número cien del mundo.

Pablo Carreño hizo un buen primer set, dando muestra de su gran capacidad de restador, imprescindible para encarar al potente sacador francés -siempre entre los 200 y los 230 kilómetros hora- y acabó rompiendo el servicio de Albano Olivetti en el décimo juego, para cerrar la manga por 6-4 y comenzar sirviendo en el segundo set.

El segundo parcial llegó a estar 3-1 para Carreño, tras romper un nuevo saque del francés, que, sin embargo, igualó a tres. Carreño se puso 6-5 y Olivetti sacó para forzar el «tie-break», que tan bien se le da. Pero, esta vez, el decisivo desempate iba a ser para el restador. Pablo Carreño encarriló pronto y se fue hasta el 5-2, para acabar rematando la faena con un claro 7-2 que lo confirmaba como campeón, su noveno título de la temporada.

El público, que prácticamente llenaba las dos mil localidades de asiento, ovacionó a los dos jugadores, aunque la pasión se desbordó cuando Carreño dio una vuelta de honor aplaudiendo a la grada. Después de la entrega de premios y de la interpretación del himno español en honor del campeón, el gijonés escanció con buen estilo un «culín» de sidra que bebió a la salud del público presente en las gradas de El Espinar.

Tras este nuevo éxito, Pablo Carreño aseguró que se tomará un pequeño descanso antes de continuar su triunfal temporada. Lo primero, aseguró el gijonés, será celebrar su victoria de ayer «con mi familia, equipo y amigos, que han venido a Segovia». Carreño precisó que «me tomo un descanso de competición. O sea, entrenar, entrenar y entrenar».

Su rival ayer, Albano Olivetti, felicitó a Carreño por la victoria «y el gran juego. La clave del partido ha estado en los breaks que ha conseguido Carreño, en lo bien que ha restado y en la solidez de su juego de fondo».