Había muchas expectivas puestas en el partido. Segundo contra primero y el liderato en juego. Y más que la clasificación, la oportunidad de poder apreciar un duelo entre dos equipos en plena forma y que habían mostrado una gran imagen hasta el momento. Pero como suele ocurrir muchas veces en este tipo de partidos, las expectativas no se cumplieron. Langreo y Lealtad empataron sin goles. Todo sigue igual una semana más y los maliayos conservan el liderato tras un partido con pocas ocasiones, técnico y equilibrado.

Aunque las sensaciones irán por barrios. En el bando local el resumen será que se han ido dos puntos. El Langreo tardó en reaccionar, pero realizó una última media hora muy intensa. Las ocasiones empezaron a sucederse a medida que pasaban los minutos y se le acababa la gasolina al Lealtad, pero el balón no quiso entrar y no hubo tiempo para continuar con el asedio a la meta de Loic.

En el líder, el sentimiento de satisfacción y alegría por conseguir un punto trabajado lo reflejó a la perfección su técnico Javi Rozada al término del encuentro. Casi como si se tratase de una victoria o de un título, pero el triunfo del Lealtad en esta ocasión fue confirmar que son un equipo que puede estar luchando en la zona alta y que tiene argumentos para plantar cara a cualquiera.

En Ganzábal, el Lealtad ofreció una imagen muy sólida y neutralizaron al equipo local en la zona de creación. Incluso tuvieron opciones de ganar con dos buenas jugadas de Lombán. En la primera remató desviado y en la segunda se topó con Guillermo cuando se ponía a encarar en el uno contra uno. La única pega quizás de los maliayos fue que no fuesen un poco más atrevidos e intentasen algo más en ciertas fases del partido.

Durante ochenta minutos del partido el empate a cero era el resultado justo por juego y por ocasiones. Mucho control y tímidos acercamientos. Hasta que el Langreo se desmelenó y tuvo hasta cinco ocasiones claras. Primero avisó Chus con un disparo desviado y después Mendi no acertó a rematar una buena internada de Luis. Y fue cuando se llegó a los instantes finales y el Langreo mostró toda su artillería. Chus remató alto un centro de Pablo Díaz. Alonso avisó de cabeza tras un centro de Calvillo. Y en el último suspiro Alonso le devolvió la asistencia a Calvillo, pero el balón se fue desviado cuando en Ganzábal se cantaba ya el gol.

Un marcador que puede considerarse justo, aunque el Langreo ofreció mayores argumentos ofensivos. Ambos volvieron a mostrar que son equipos muy sólidos, pero con la asignatura pendiente de hacer algo más: ser más regulares y crear más ocasiones de gol.