El Marino de Luanco no pudo dar continuidad al triunfo conseguido la semana pasada ante el Burgos. Los de José Luis Quirós no pudieron pasar del empate en Noja. Quizás el conjunto azulón mereció más, pero su falta de puntería acabó condenándole. Nacho adelantó a los locales en la recta inicial del encuentro y a partir de ahí el Marino ya tuvo que remar a contracorriente. Chus Hevia puso la igualada en la segunda parte, pero, curiosamente, a partir de ahí perdió el control del juego.

La puesta en escena del Marino fue convincente, pero en una acción aislada el Noja se encontró con el gol. Nacho cogió la espalda a la zaga asturiana y definió a la perfección ante Rafa Ponzo.

El gol no amilanó a los de Quirós, que a partir de ahí monopolizaron la posesión de la pelota. Antes del gol nojeño el Marino ya había podido adelantarse en el marcador por mediación de David, que se quedó mano a mano con el cancerbero local, pero que no acertó en el remate.

A partir de ahí el encuentro se convirtió en un toma y daca en el centro del campo. El Marino ganó a los puntos esa batalla, pero no le sirvió de nada. El Noja puso el autobús atrás y capeó el temporal sin sufrir demasiado.

Tras el descanso, el Marino quiso apretar el acelerador. El equipo asturiano adelantó la línea de presión y encerró al Noja en su propio campo. Tuvo la posesión, pero careció de profundidad en sus ataques.

El gol del empate luanquín llegó en el ecuador del segundo acto. Tuvo que ser a balón parado. Titi botó un saque de esquina envenenado y el cancerbero local, Javi, despejó el balón al larguero. El rechace de la madera cayó a los pies de Chus Hevia, que sólo tuvo que empujar el balón al fondo de las mallas cántabras.

A partir de ahí, y contrariamente a lo esperado, el Marino no ofreció sus mejores momentos hasta el punto de que el partido se convirtió entonces en un correcalles. En esa tesitura, el Noja se encontró mucho más cómodo. Zarandona obligó a emplearse a fondo a Rafa Ponzo en el minuto 73. Y a falta de cinco minutos para el final, fue Robert el que rozó el gol tras un despiste de la zaga asturiana. El Marino le vio entonces las orejas al lobo y dio el empate por bueno. El equipo luanquín juega la próxima jornada, el miércoles, a partir de las 18.30 horas, en Miramar con el Tropezón cántabro, que es penúltimo a falta de que se complete la jornada, y por tanto puede ser una buena oportunidad para los de Quirós para consolidarse en la zona media.