Fauts, faltas y córneres. El Sporting sólo fue capaz de crear peligro a balón parado. De las siete veces que estuvo cerca del gol, ninguna fue en jugada. Todas sus ocasiones provinieron de saques de banda, lanzamientos de falta o saques desde la esquina. En los fauts, como se llama en Asturias a los saques de banda, el Sporting tiene un verdadero especialista en Luis Hernández, que es capaz de colocar el balón en el punto de remate con fuerza y buena dirección desde una distancia enorme: quizá cuarenta metros o más. Ahora que en el fútbol proliferan tanto las estadísticas relacionadas con el juego, merecería la pena medirlo. La estampa del lateral rojiblanco metiéndose el balón bajo la camiseta para secarlo y mejorar el agarre antes de sacar es ya clásica, pero está en trance de ser superada en El Molinón, pues los recogepelotas trabajan en hacerla innecesaria, ya que le tienen preparados balones secos. Ayer se vio varias veces cómo Hernández desechaba el balón que acababa de salir de banda para coger el que le alargaba el auxiliar, que no se molestaba en secar. En el primer faut que sacó el lateral rojiblanco, en el minuto 7, ya hubo peligro. Bernardo ganó el salto y cabeceó bombeado, pero el balón botó sobre el larguero y salió hacia fuera. El especialista en alcanzar los saques de Hernández es, sin embargo, Lekic. Él fue quien, en el minuto 11 de la segunda parte, desvió hacia la izquierda el balón bombeado desde la banda para dejarlo a los pies de Canella, quien, desde un ángulo cerrado, tiró con fuerza para que Cabrero hiciera la que sería su segunda y última parada del partido. La anterior la había hecho en el minutos 38 del primer tiempo para atajar el lanzamiento, excelente pese a lo lejano, con que Scepovic había ejecutado una falta cometida por Montoro sobre Sergio. Veintidós minutos antes Scepovic había cabeceado fuera por muy poco una falta lanzada por Santi Jara. Los saques de esquina proporcionaron también ocasiones al Sporting, entre ellas la más clara, en el minuto 41, cuando Fernando Vega sacó desde la misma línea de meta un tiro raso que había acertado a colocar Mandi tras hacerse con el balón y preparar el tiro con una eficaz media vuelta. Mandi pudo marcar en otro córner, apenas iniciado el segundo tiempo, después de un desvío de cabeza de Lekic desde el primer palo. De otro saque, en este caso de banda, surgió, en fin, la que pudo ser la jugada crucial del partido, en el minuto 21 del segundo tiempo. Luis Hernández colgó el balón desde la banda, Lekic lo ganó y Scepovic, a dos metros de la línea de gol, se dispuso a machacar el gol, algo que Cifu, interponiendo el pie, evitó por centésimas de segundo. En la inmediata contra del Recreativo Larena se escapó por la izquierda y, ya en el área del Sporting, dejó a Joselu un balón con todos los atributos del gol, que el onubense malbarató con un remate pifiado. Esa jugada resumió un partido en el que un equipo puso las ocasiones y el otro el juego, pero ninguno el gol.