La etapa de Redondo en los banquillos fue meteórica. Justo nada más retirarse pasó a formar parte de las categorías inferiores del Sporting. Tras dos años en el infantil pasó al filial y le llegó muy pronto la oportunidad de dirigir al primer equipo rojiblanco. El recuerdo no es del todo bueno, ya que descendieron a Segunda. Pero sí lo suficiente para poder afirmar orgulloso que dirigió a su equipo. Esta etapa le abrió la posibilidad de irse fuera, pero no llegó a dar el paso. Y fue cuando inició un periplo de más de una década por un fútbol modesto que le podría apodar perfectamente como el salvador. Y es que Redondo ha conseguido tres permanencias milagrosas en Preferente y dos ascensos a Tercera. Al mismo tiempo que ha dejado huella en todos los equipos en los que ha participado.

Redondo, que se encuentra muy agusto en su cuarta temporada al frente de L'Entregu, no duda en reconocer el encanto y la satisfacción que supone dirigir a equipos de fútbol modesto. "Es una cosa muy importante. Se sufre tanto o más y se vive y disfruta mucho. Ver el progreso de la gente que estás entrenando, o cuando llegas a un equipo que lo salvas u otro que lo asciendes. Es muy gratificante y le das mucho valor", apunta el técnico.

Y es que el trabajo es totalmente distinto al de un club profesional. "Hay que buscar los fichajes, entrenarlos, motivarlos. Y cuando lo consigues es muy gratificante, porque se te valora mucho. Nadie te da nada. Tienes que preocuparte tú mismo", afirma. De ahí que agradezca las facilidades: "Hasta ahora tuve la suerte de encontrar presidentes que me han ayudado mucho.

Su primera etapa fue en el Gijón Industrial, cedido por el Sporting, y estuvo a punto de subir, pero fallaron en la última jornada en el campo del Aboño. Después regresó a los banquillos en el 2002 con el San Martín, y consiguió su primer ascenso a Tercera. Tras esto pasó por el Berrón, el Ceares, el Valdesoto y L'Entregu. Salvo con los gijoneses, con los otros tres logró una permanencia muy trabajada en Preferente. Y con los últimos lleva cuatro años de intensidad máxima. En el conjunto del Nuevo Nalón logró la permanencia en el tramo final de Liga en Preferente, al año siguiente los subió a Tercera, el pasado les clasificó para jugar la Copa Federación, y este curso les tiene metidos en la zona media alta de la categoría.

Redondo, tras su paso por el Sporting, tuvo la opción de irse al Marbella, que por aquel entonces militaba en Segunda B y era uno de los candidatos para subir. "Me ofrecieron marchar y quizás lo desaproveché por el trabajo o la familia", recuerda. Pero quizás echando la vista atrás afirma que le hubiera gustado entrenar más tiempo a equipos de categorías inferiores: "Aunque todos creamos que estamos preparados, quizás me faltó un poco más de tiempo en el fútbol base, como un cadete o un juvenil para coger experiencia. Con lo que sabes ahora, quizás hubiera necesitado eso". En su etapa futbolística vivió la época dorada del Sporting. Formado en su Turón natal, dio el salto al Ensidesa y después al conjunto rojiblanco, en el que estuvo doce años. Después regresó como entrenador, en 1998, año que acabó con el Sporting desciendo a Segunda. Y esos años los recuerda con un sabor agridulce. "Tuve la suerte gracias a Novoa de entrenar en Mareo al Sporting, aunque ya estuviera descendido y para mí es un honor. Es mi equipo y siempre lo recordaré. Aunque me dolió la forma en que me marché de Mareo. Creo que no se me trató bien", reconoce.

Ahora Redondo disfruta y sufre con su L'Entregu. Junto a José Luis Cueva, presidente del club, forman un tándem único que ha devuelto la ilusión del fútbol a esta localidad del valle del Nalón, y que hace que este turonés se siente satisfecho con el trabajo realizado al finalizar la temporada.

Su intención es seguir vibrando mucho con el fútbol durante un largo periodo de tiempo. Y aunque no cierra la puerta a entrenar a nivel profesional otra vez, también apunta que en estos momentos la familia y su trabajo le tiran mucho, y que vive una buena situación.

Y es que Redondo, que ha hecho prácticamente milagros con algunos equipos modestos del fútbol asturiano, quiere seguir trasladando sus vivencias y experiencias de cuando jugó en un Sporting que rozó el título de Liga y de Copa.

José Antonio Redondo

Nacido en Turón (Mieres) en 1953, José Antonio Redondo vivió la mejor época del Sporting, entre 1973 y 1985, tras jugar antes en el Turón y Ensidesa. Como entrenador actuó en Mareo, con los rojiblancos, con el infantil, el filial, y el primer equipo, aunque no pudo evitar su descenso a Segunda en el 1998. En el fútbol modesto ha entrenado al Industrial, San Martín, Berrón, Ceares, Valdesoto y L'Entregu.