Una vez que haga cumbre en Ipurúa, el Sporting tendrá ante sí un horizonte despejado. No se trata, tampoco, de una cuesta abajo hacia el ascenso, pero sí es cierto que los de José Ramón Sandoval ya habrán superado la fase más exigente del calendario. Dicho de otro modo: el Sporting tendrá un calendario, sobre el papel, mucho más asequible que el de sus rivales directos. Todos ellos tienen que enfrentarse entre sí, además de jugar contra varios de los perseguidores más potentes.

Con el partido ante el Éibar, y la siguiente visita del también sorprendente Numancia a El Molinón, el Sporting cerrará una fase del calendario en la que se ha enfrentado a Deportivo, Recreativo, Mallorca y Castilla, el equipo más en forma del segundo tercio de la competición. Éibar, Deportivo y Recreativo de Huelva tienen que enfrentarse aún a todos esos rivales, además de jugar entre sí.

El partido más duro que, en teoría, han de afrontar los rojiblancos hasta el final de temporada es la visita a La Romareda. Sus tres rivales más directos tendrán también que enfrentarse a un conjunto maño del que se espera una reacción para apurar sus opciones de colarse, al menos, en la promoción de ascenso. Lo mismo sirve para el Mallorca, otro de los favoritos con graves problemas institucionales y sumergido además en una incertidumbre deportiva por la inestable situación de su banquillo. Con todo, al conjunto bermellón se le espera en la pelea por las posiciones altas de la clasificación final. Los tres rivales del Sporting tendrán que medirse al conjunto balear.

El Sporting ha pasado la etapa más empinada del calendario, con pendientes de categoría especial, mientras sus rivales directos transitaban por un falso llano. El mérito de los rojiblancos es que han superado con nota este desnivel de máxima exigencia y salen de él reforzados, con una desventaja mínima de un punto y con un panorama de esperanza por delante.

Con el máximo respeto a todos los rivales, y más aún en una categoría tan igualada como la que se está viendo este año, el calendario al que se han de enfrentar los cuatro grandes favoritos al ascenso directo suma otro argumento para que al sportinguismo le salgan las cuentas.

Con todo, el Sporting ya sabe por experiencia propia que en esta categoría cualquier equipo puede ser un escollo insuperable. El Sporting ha demostrado su autoridad ante los equipos punteros de la categoría, pero salió zarandeado en su visita al colista de la primera vuelta. Nadie ha vuelto a castigar a los rojiblancos con la dureza con que lo hizo el Alavés en Mendizorroza.

Las señales que emite el equipo de Sandoval invitan al optimismo. El Sporting es el rival más incómodo de la categoría. Cuatro derrotas en veintisiete partidos confirman que el rojiblanco es el equipo más difícil de superar. Además, el Sporting se ha puesto gallo ante los mejores equipos de la categoría. Sumó los seis puntos ante al Mallorca, al que zarandeó en la ida y en la vuelta, sumó cuatro -aunque mereció seis- ante el Deportivo de La Coruña y, aunque empató los dos partidos, fue mucho más equipo que el Recreativo de Huelva.

A estas alturas de la competición, ya nadie duda de que el Sporting es un sólido aspirante al ascenso y son muchos los rivales que lo señalan además como un claro favorito. El partido de Ipurúa terminará de definir las aspiraciones de un conjunto rojiblanco que ha perdido únicamente uno de los últimos dieciséis partidos que ha disputado. La derrota llegó ante el Zaragoza, en un partido marcado por la polémica arbitral, que los rojiblancos terminaron con ocho jugadores.