Llevar cuatro años trabajando en el club, le otorga a Roberto Robles algunas ventajas. La más evidente, conocer la casa por dentro. "Desde que estoy aquí, cada temporada pasa lo mismo: el primer partido de Liga ya parece el "play-off" de ascenso", advierte Roberto Robles sobre el exceso de presión a la que está acostumbrado el Oviedo. Por eso desde que se hiciera cargo de la nave azul el joven técnico ha optado por un discurso optimista, alejado del victimismo que suele acompañar los juicios sobre el Oviedo en los últimos años.

"Una de las cosas que quiero cambiar es que ante una situación adversa se genera una negatividad exagerada. Siempre nos quedamos con lo malo", explica Robles en su intervención semanal ante los medios. "Tras perder en Zamora se habló de que el equipo siempre decepciona cuando moviliza a mucha gente, pero en Avilés también hubo aficionados del Oviedo y ganamos", explica a modo de ejemplo. "Parece que siempre puede pasar algo malo. Hay que tener confianza", resuelve.

Uno de los aspectos que más han seducido a Joaquín del Olmo del entrenador gijonés es su facilidad para lanzar mensajes a través de los medios. Desde el primer día que se hizo cargo del equipo, el mexicano ha acompañado a Robles en sus intervenciones públicas. La de esta semana llega tras la primera derrota de los azules con el cambio en el banquillo. Pero el discurso sigue una línea similar a la de anteriores intervenciones. "¿Qué le pido al equipo? Es muy sencillo: el futbolista debe ser capaz de jugar en casa sin el miedo a asumir su responsabilidad. Los errores suceden en el deporte", defiende antes de poner otro ejemplo: "Un medio centro va a dar 60 pases a lo largo de un partido y seguramente cinco los va a dar mal. Debe asumirlo con naturalidad, esos errores no le pueden condicionar el resto del partido".

Las indicaciones de Robles siguen dirigiéndose en dos frentes: el motivacional y el meramente táctico. La mayoría de comentarios desde que ha asumido el mando se han dirigido a la cabeza de los futbolistas, pero el técnico no evita los debates futbolísticos. "La última media hora en Zamora fue muy buena. Quizás nos faltó arriesgar más en los pases en la primera mitad, pero en la recta final cambiamos el sistema y funcionó. Y la gente que se incorporó desde el banquillo aportó lo suyo", analiza.

Con el optimismo por bandera, Robles consume las últimas horas de entrenamientos preparando el duelo que enfrenta a los azules con la Cultural Leonesa, un conjunto que no será tan alegre como el Guijuelo hace dos semanas y ni tan especulador como el Zamora; "un término medio", en palabras del preparador. Para el partido, el entrenador aún mantiene alguna duda sobre los futbolistas que empleará de inicio. Lo que no admite Robles es que la vista se vaya más allá del partido ante la Cultural, aunque sea el Racing el que aparece a la vuelta de la esquina: "En el equipo el único pensamiento que hay es la Cultural. Cometeríamos un grave error si pensamos que el partido importante es el del Racing".