La Vuelta Ciclista a Asturias, que había cumplido 57 ediciones y se disputa ininterrumpidamente desde 1968, se para por 35.000 euros. La carrera, que en su 58 edición tenía previsto recuperar los tres días (del 2 al 4 de mayo), no se celebrará, según la organización por el incumplimiento de una promesa por parte de la consejera de Educación, Cultura y Deporte, Ana González. La directora ejecutiva de la prueba, Cristina Álvarez-Mendo, prefirió tomar esta medida a solo una semana del inicio para minimizar el impacto económico.

Tras mantener viva la llama que había encendido su padre, Julio Álvarez-Mendo, Cristina Álvarez arrojó ayer la toalla. Acompañada por su mano derecha en la organización de la Vuelta, "Coque" Montero, Cristina se refirió a un compromiso de la consejera de Educación, Ana González, como punto de partida para recuperar el tercer día de competición. "Sin eso hubiésemos seguido con los dos días".

Según Álvarez-Mendo, hace seis meses la consejera se comprometió a que la aportación total del Principado sería de 100.000 euros. Además de los 10.000 de Deportes y los 25.000 de Turismo, como el año pasado, Ana González buscaría completar la aportación con recursos propios o la búsqueda de patrocinadores, siempre según la organización de la Vuelta. El director general de Deportes, José Ramón Tuero, presente en la reunión, matiza que el único compromiso de la consejera fue el de colaborar en la búsqueda de financiación, pero sin asegurar ninguna cantidad.

Al final, tras un aumento de cinco mil euros por parte de Turismo y los recortes de la organización sobre el presupuesto original, la Vuelta a Asturias se queda a las puertas de la 58 edición por 35.000 euros. "El Club Ciclista Aramo es un ejemplo de adaptación a la crisis, pero era imposible recortar más", destacó Cristina Álvarez, que elogió la actitud de instituciones como el Ayuntamiento de Oviedo y de Lena, y sobre todo del personal del club, "que en un último esfuerzo dijeron que no iban a cobrar".

Con todo el dolor de quien considera la Vuelta a Asturias como algo de la familia, Álvarez-Mendo tomó ayer una decisión para evitar males mayores. "Ahora, las pérdidas son asumibles y no queríamos perjudicar a los equipos y a todas las personas que estaban pendientes de viajar", señala Cristina Álvarez, aunque reconoció que le dan "bastante miedo" las sanciones que contemplan para estos casos los reglamentos de la UCI y la Federación Española. Tanto Álvarez-Mendo como Coque Montero señalaron su esperanza de recuperar la Vuelta el próximo año, "pero ninguna de las pruebas que se dejó de hacer estos años volvió".