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De Maebashi al cielo

Los 8,56 que Yago logró dos veces en 1999 siguen siendo la tercera marca europea al aire libre y la segunda bajo techo

Yago Lamela, durante la clasificatoria de longitud en los Juegos de Atenas, en los que, infiltrado, no logró pasar a la final. | efe

Aquel 7 de marzo de 1999 fue un día muy largo... aunque no tanto como el salto con el que Yago entraba por la puerta grande en la historia del atletismo español. Del mundial. Ya había convertido en habitual y normal superar los ocho metros, una especie de barrera en la que la gravedad hacía caer a plomo a los saltadores, pero aquella tarde en Maebashi -mañana aquí en su Asturias- nos dejaba con la boca abierta con aquel prodigioso salto de 8,56 metros que no valió un oro mundial porque al cubano Iván Pedroso aún le restaba un salto y llegó a los 8,62.

Uno, dos, tres, cuatro... En la redacción buscamos un metro. Cinco, seis, siete, ocho... Son mucho 8,56 metros. La distancia en fútbol entre el balón y la barrera. Mucha distancia. Pero no para Yago Lamela (24 de julio de 1977, Avilés). En la Atlética empezó a dar brincos con 8 años y a los 15 ya superaba los siete metros. Los ochos cayeron cuando tenía 17. Pero aquel día en Maebashi, con 21 años, llegó hasta el cielo...

Comenzaron las comparaciones y la progresión de Yago, superior incluso a la de Carl Lewis, el hijo del viento, apuntaba hasta los nueve metros. Se convirtió, de repente, en una especie de superhéroe, conocido y reconocido con su melena. Los 8,56 no sólo eran la mejor marca española de todos los tiempos, sino la mejor marca europea en sala. Yago aún permanece como el hombre que ha llegado más lejos tanto en pista cubierta como al aire libre en la historia de la longitud en España, pues en Turín repetiría al aire libre los 8,56 logrados bajo techo en Maebashi.

El salto de Japón le mantuvo además durante 10 años como el mejor europeo de la historia, hasta que el alemán Sebastian Bayer le superó en 15 centímetros (8,71) durante los europeos de pista cubierta celebrados curiosamente también en Turín. Aún hoy se mantiene como el tercer mejor atleta europeo de la historia al aire libre y el segundo en pista cubierta según los rankings oficiales de la European Athletics.

En su palmarés figuran cuatro medallas-tres platas y un bronce- en campeonatos del Mundo, y dos medallas -un bronce y una plata- en campeonatos de Europa. Durante el lustro en el que dominó la longitud española logró siete títulos nacionales: cuatro al aire libre y tres en pista cubierta.

Al aire libre Lamela fue subcampeón del Mundo en Sevilla, también en 1999, con un salto de 8,40 y solo por detrás de nuevo de Pedroso, que le batió por 16 centímetros. Cuatro años más tarde, en París, fue tercero después de llegar hasta los 8,22. Una marca que consiguieron superar el estadounidense Dwight Philips (8,32) y el jamaicano James Beckford (8,28).

Bajo techo, y además de la plata de Maebashi, fue plata también en el Mundial de Birmingham, donde con 8,28 se quedaba a un centímetro de la marca de Philips.

En los campeonatos de Europa, el de Avilés consiguió dos medallas. Al aire libre, fue tercero en Múnich, en el año 2002. Lamela, que ya apuraba sus mejores años como profesional, acabó en el tercer escalón del podio con una marca de 7,99. Un peldaño más, el segundo, alcanzó ese mismo año en Viena, en los campeonatos de Europa de pista cubierta, donde sus 8,17 no fueron suficientes para vencer a otro español, Raúl Fernández, que le superó por cinco centímetros.

La apuntada progresión no llegó a producirse. Los 8,56 no volvieron. A comienzos de 2004, con los Juegos de Atenas a la vuelta de la esquina, sintió molestias en el tendón de Aquiles. Compitió anestesiado y no llegó a la final. Fue su primera gran decepción. Intentó recuperarse de su lesión operándose en Finlandia. Necesitó dos intervenciones que no salieron todo lo bien que esperaba y, además, sufrió un accidente de tráfico en Albacete que retrasó cualquier atisbo de vuelta a la élite.

Volvió a romperse los dos tendones de Aquiles en 2006, regresó al quirófano en 2007 con la esperanza de competir en los Juegos de Londres. Pero la suerte estaba echada. Aunque comenzó a sentir una gran mejoría, se rompió un gemelo en un entrenamiento y abandonó. La fortuna le torció el gesto, pero nadie podrá olvidar aquel salto de Maebashi en el que tocó el cielo.

Palmarés

Sus marcas

8,56 en longitud (bajo techo y al aire libre en 1999) y 16,72 en triple (1998). Su marca en longitud sigue siendo doble récord de España, en tanto los 16,72 se mantienen como mejor marca regional.

Sus medallas

1999.- Oro en el Europeo sub-23; oro en el Iberoamericano; plata en el Mundial indoor de Maebashi; plata en el Mundial al aire libre de Sevilla.

2002.- Plata en el Europeo indoor de Viena y bronce en el Europeo al aire libre de Múnich.

2003.- Plata en el Mundial bajo techo de Birmingham y bronce en el Mundial al aire libre de París.

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