"Olvidar y aprender. Llevo un año así y la próxima no me pasará". En la cabeza de Miguel Ángel Guerrero la moviola sigue atascada en aquel penalti lanzando de forma absurda que pudo darle la victoria al Sporting. Abelardo reprendió al delantero en público y en privado y el toledano hace propósito de enmienda: "Él sabe cómo tiraba los penaltis en el filial, lo que pasa es que el sábado decidí tirarlo así, me aguantó muy bien el portero y a última hora no pude cambiar la dirección del balón ni darle fuerza". Todo el mundo esperaba que el ejecutor fuera Scepovic, era casi una cuestión institucional, la llegada del primer gol del verano para el serbio como imán a futuros compradores. Guerrero, que también se juega lo suyo, cogió el balón y se hizo fuerte. Tiró un engaño sin suerte y pifió de forma estrepitosa. "Si ponemos mi trabajo en una balanza, creo que ayer ganó lo bueno", reivindica.
Guerrero da por bueno el rendimiento colectivo en el trofeo Villa de Gijón que deja una "buena sensación" porque "vino un equipo de alto nivel, como es el Getafe, y conseguimos la victoria". Las características del Sporting son "el trabajo muy compacto, muy seguro defensivamente" para volver a ganar el trofeo.
En los tres últimos partidos ante rivales de nivel, el Sporting ha recibido sólo un gol, marcado en propia puerta por Álex Serrano, y ha marcado dos ante el Sporting de Lisboa. Hay un problema evidente ante la portería rival: "Estamos cogiendo la forma y tarde o temprano los goles llegarán porque llegamos bien arriba y estamos creando ocasiones".
Guerrero está ante su gran oportunidad y el entrenador es su mejor avalista: "El Pitu me conoce, sabe muy bien lo que puedo dar de mi".
