Josu Uribe tuvo muchos problemas para completar la convocatoria de Burgos por las bajas por lesión de Jairo, Gerardo y Pascual, y por sanción de Borja García y Álex Arias. De hecho tuvo que tirar de los jugadores del filial (el centrocampista Mario Sánchez y el defensa Naves), que estaban en el banco con los también jóvenes José Mari y Fassani. El técnico dice que el equipo que salió "era bueno" y que peleó, dio la cara y trabajó bien a pesar de que había dos jugadores, el coreano Kiu y el francés Badín, que llegaron la semana pasada y que apenas habían completado tres entrenamientos con el grupo.
Del futbolista francés destacó que hizo muchas cosas muy buenas, pero que aún le falta. "Era su primer partido en España y en esa posición, junto a Geni en el centro, y lógicamente le costó ubicarse, sobre todo en la primera parte, y encontrar el sitio pero no acusó el haber trabajado solo tres días con nosotros y tener que jugar con tan poca adaptación". Y del coreano dice que le sorprendió. "Creo que Kiu nos sorprendió a todos porque hizo muy buen partido. Trabajó, que era una faceta que yo desconocía porque me daba la sensación de que iba a ser un futbolista anárquico, de mucha velocidad, pero dio dos asistencias muy buenas a Omar en una ocasión clarísima y otra a José Mari, disparó y tuvo buenas acciones", señaló. Uribe confía en que ambos sean importantes para el equipo. "Estoy muy satisfecho porque nos dio la sensación de que nos van ayudar, que son dos buenos futbolistas y que van a sumar a pesar de que son muy jóvenes y muy tiernos en muchas facetas del juego".
En la recámara y a la espera de que se complete su documentación están el finlandés Hovi y el italiano Matteo, que no disgustan al técnico. "También tienen buena pinta, pero todo lleva un periodo de adaptación. El problema es que no tenemos tiempo y hay que ir metiendo gente. Esperamos que llegue alguna licencia más para completar el equipo cara al fin de semana. Son muy buenos chicos, gente muy joven que llega con ganas de aprender", concluyó.
