Alejandro Menéndez se ha quedado con la miel en los labios. El gijonés dio el paso de aceptar en diciembre la propuesta del Shan Xi Wuzhou, conjunto de la Segunda División china. Un club con el que aspiraba a dirigir un ambicioso proyecto de futuro que partía de la creación de una estructura de cantera y contaba con el objetivo de hacer regresar al equipo, a corto plazo, a la máxima categoría. Menéndez, que llegó respaldado por el nuevo propietario de la entidad, ha visto cómo unos problemas burocráticos en el cambio de propiedad han terminado privando a su nuevo equipo de salir a competir.

"Ha sido una situación surrealista", admite Alejandro Menéndez, que está a la espera de firmar su finiquito con el Shan Xi Wuzhou apenas unas semanas después de haberse puesto al frente del equipo y ya es libre de negociar con otros clubes. La problemática surgió a raíz de que los nuevos propietarios de la entidad china, que adquirieron la entidad el pasado mes de noviembre, se encontraron con que los pagos a los jugadores de la pasada temporada no estaban al día. La Federación China obligó a abonar esta cantidad antes del 15 de enero como condición para poder inscribir al equipo en la competición. La negociación con los anteriores dueños, los que generaron la deuda reclamada en ese momento, comenzó a dilatarse. El pago acabó resolviéndose días más tarde del plazo marcado por los organizadores, motivo por el que, finalmente, el Shan Xi Wuzhou se ha quedado sin poder jugar esta campaña. En consecuencia, Alejandro Menéndez ha vuelto a hacer las maletas para regresar a España. El gijonés ya se había trasladado a China junto a su cuerpo técnico, y está a la espera de recibir nuevas ofertas. Menéndez es uno de los entrenadores extranjeros de prestigio en el fútbol asiático, después de lograr cinco títulos durante su etapa en Tailandia al frente del Burinam United.