Aunque no lo expresara públicamente, Carlo Ancelotti ha vivido feliz estas dos últimas semanas con solo dos delanteros disponibles. Las lesiones de Bale y Benzema le han permitido dibujar un equipo más equilibrado sin mirar de reojo al banquillo ni al palco presidencial. Por eso ahora, con el galés recuperado y el francés en camino, el técnico italiano tiene un dilema para el partido de mañana en Turín frente al Juventus: volver al tridente o seguir con un centro del campo de cuatro.
A la espera de Modric, Ancelotti ha encontrado la fórmula para dar consistencia a su equipo con Sergio Ramos en la medular en los partidos importantes. Estrenó la fórmula en el partido de vuelta frente al Atlético y la refrendó en la exigente salida al Sánchez Pizjuán. Ante el compromiso de mañana, en el que el Madrid puede contemporizar a la espera de la vuelta en el Bernabéu, lo más probable es que el técnico siga dando rienda suelta a su vena más italiana.
En los últimos partidos, Ancelotti solo se atrevió a salir con tres delanteros frente al Almería, dando la titularidad a Jesé. Pero en el Sánchez Pizjuán repitió con la pareja Chicharito-Cristiano y en la segunda parte, en el momento de mayor incertidumbre por la insistencia del Sevilla, se limitó a cambiar al mexicano por Bale. Y así resolvió el partido, con un centro del galés cabeceado por Ronaldo.
Ante un Juventus que juega con tres centrales y carrileros, el Madrid necesitará llenar el centro del campo. Aún sin Pogba, que no llegará a tiempo para el partido de ida, la Juve es un equipo con jugadores de gran capacidad física en la media, que ayudan a sus defensas y apoyan a su pareja atacante, habitualmente Tévez y Morata. El equipo dirigido por Allegri es el menos goleado tanto de la Serie A, en la que ya se ha proclamdo campeón, como en la Liga de Campeones.