El Langreo regresó con las manos vacías de Pucela y se jugará la permanencia en la última jornada ante la Unión Deportiva Logroñés sin que dependa de sí mismo. Guille Méndez adelantó al conjunto langreano al filo del descanso, pero tras el paso por vestuarios el Valladolid B logró darle la vuelta al marcador.

No mereció el Langreo perder ayer en los Anexos del José Zorrilla. El equipo asturiano llevó el peso del juego a lo largo de casi todo el partido y fue el encargado de poner la carne en el asador.

Salió el Langreó en tromba al terreno de juego y consiguió encerrar al Valladolid B en su campo en los primeros compases. Un servicio desde la banda de Nacho Méndez al que no llegó Guille Méndez por poco fue el primer aviso serio del Langreo, pero Espinar se anticipó a tiempo y desbarató la ocasión.

Los acercamientos del filial llegaban a cuentagotas. No así los del Langreo, hipermotivado y activo a partir de tres cuartos. Nacho Méndez y Ortiz se partían el pecho arriba, pero la defensa pucelana apenas concedía espacios y abortaba todas las intentonas langreanas.

En una acción aislada a punto estuvo de llegar el 1-0. Jorge Hernández se hizo con un balón franco en buena posición y obligó a salir a la desesperada a Javi Díaz.

Después llegaron los mejores minutos del Valladolid B, pero fue curiosamente cuando más apretaba el filial cuando llegó el gol del Langreo tras un centro desde la izquierda que Guille Méndez remató a bocajarro.

Tuvo la sentencia el Langreo tras el paso por vestuarios en una ocasión de Nacho Méndez, pero el delantero no supo resolver con todo a su favor y a partir de ahí el encuentro dio un vuelco. José, que entró al campo en sustitución de Brian en el minuto 52 tuvo la culpa de que la decoración variara por completo. En apenas dos minutos volteó el marcador. Consiguió el empate con un remate de cabeza en el segundo palo y culminó la remontada pucelana tras un preciso centro de Anuar desde la izquierda. Su entrada al campo revolucionó el ataque del filial y mató al Langreo.

De sus botas también nació el tercer gol del Valladolid B. Colgó un balón al área y Acebal, en su intento por alejar el peligro de su portería, acabó marcando en propia puerta.

Se aferró a la épica el Langreo en el último tramo, pero todo lo que consiguió fue enjugar su desventaja desde el punto de penalti tras unas manos de Anuar.