"En el fútbol se ha visto cosas más complicadas". Iván Hernández considera que las opciones de subir el domingo no son tan difíciles como indican las estadísticas. Él lo sabe mejor que nadie en el vestuario rojiblanco. El central madrileño es el único testigo, en la actual plantilla, del logrado en la campaña 2007/2008, la misma en la que la carambola vivida entre Castellón y Vitoria brindó a los rojiblancos la oportunidad de poner fin a diez años en Segunda. "El broche de oro a mi etapa en el Sporting sería el ascenso, además, el equipo se lo merece", sentencia el capitán, que abandonará el club a final de temporada y desea despedirse con doblete.

No pudo evitar emocionarse el domingo y tampoco ayer, cuando se puso delante de los micrófonos para valorar sus ocho años como rojiblanco. Iván Hernández, que recibió un cariñoso homenaje en El Molinón en la previa del encuentro ante el Sabadell, vuelve a a atragantarse cuando se le pregunta por una etapa que empieza a agotarse. "Te das cuenta de que esto se acaba", admite, con los ojos vidriosos. "Me acuerdo de los que no están, de Manolo, de Alejo...", evoca el madrileño en referencia a Preciado y al guardián de El Molinón. "Me voy orgulloso de haber hecho tantos amigos, de tanta buena gente que he conocido. De los que me han hecho la vida más fácil", explica.

Iván Hernández recupera la potencia en su tono de voz cuando el tema gira hacia las posibilidades de llevar a efecto el ascenso, su segundo ascenso en Gijón. "Sería muy bonito lograr el ascenso a Primera División. El equipo ha hecho un gran esfuerzo durante todo el año. Sí que es verdad que también lo ha hecho el Girona, incluso superior. Nos queda un partido y vamos a agotar todas las balas. Si no, tendremos que luchar en la promoción", asume. Defiende el futuro que existe en el club en lo deportivo, y desea que pueda aprovecharse de la mejor manera, es decir, en la máxima categoría. "Por la juventud de la plantilla, este equipo tiene mucho margen de mejora. Los primeros que tienen que aprender son ellos. Si siguen escuchando al entrenador, lo harán. Los años les convertirán en mejores futbolistas. Este proyecto puede evolucionar. Las cosas pueden ir mucho mejor", subraya.

No está siendo un año fácil para Iván Hernández. El defensa rojiblanco, sin minutos en Liga, reconoce que ha sido especialmente duro. "Nunca me había visto en esta situación. No ha sido la mejor temporada en ese aspecto", asume. Su condición de capitán también le ha llevado a lidiar con los problemas extradeportivos que han golpeado al club en los últimos meses, como por ejemplo, los impagos. "La situación ha sido complicada y hemos intentado llevarla por los mejores cauces posibles para que no influyera en los resultados del equipo", afirma.

El dilema, además de si el equipo logrará o no el ascenso, se amplía en el caso de Iván Hernández, que duda entre colgar las botas o alargar su carrera. "Tengo opciones en el extranjero, pero en Gijón están mi mujer y mis dos hijas. Al final de temporada se verá, e intentaré tomar la mejor opción posible", explica. Una preocupación secundaria para el rojiblanco. El capitán recuerda sus galones, y centra su esfuerzo en dejar el barco en Primera.