"Los milagros existen". Abelardo repitió ayer la frase con la que, hace unos meses, se puso a obrarlo. "Esto es lo más guapo que hay. He ganado unos Juegos Olímpicos, títulos con el Barcelona, pero no se puede vivir algo más grande en lo deportivo que esto", afirma el Pitu. Reconoce que sufrió más de la cuenta por lo mucho que se dilató el resultado final del Girona y subraya el mérito que han tenido sus futbolistas a la hora de conseguir el ansiado ascenso a Primera. "Este grupo ha hecho un trabajo extraordinario; ¡82 puntos y dos derrotas!, sólo merecíamos subir a Primera. Se logró el milagro, no sé si incluso con la intervención de la Santina", advierte un exultante Abelardo.

La euforia por conquistar la Primera División también contó con momentos emotivos para un Abelardo que acabó derrumbándose de la emoción. "Dedico el ascenso a mi familia, a mi hijo, Diego", señaló el Pitu, que no pudo evitar las lágrimas después de un año especialmente tenso por todo lo que rodeó al club. El técnico amplió antes la dedicatoria, con un entrañable recuerdo a dos sportinguistas que ya no están. "Me acuerdo de Manuel Preciado y Alejo Caso. Estarán juntos, ahí arriba, abrazados y celebrándolo. Va por ellos", señaló. No se olvidó de una afición que vibró con su equipo, en Sevilla y en Asturias. "El sportinguismo se lo merece más que nadie. Estoy deseando celebrarlo con todos", apuntó el gijonés. "Vaticiné dos ascensos este año, el del Sporting y el del Oviedo. Y acerté", concluyó Abelardo, el hombre que creyó en el milagro.