No parece ninguna broma la teoría de que los grandes tienen vidas paralelas, hasta que terminan encontrándose. El Sporting y el Real Madrid se van a encontrar el domingo día 23 en un Molinón que estará a reventar porque es el día del regreso, pero mientras llega ese día el paralelismo es evidente. Los dos equipos sufrieron la primera derrota de la pretemporada el mismo día, anteayer, por el mismo resultado, uno a cero en contra, y en situaciones similares, dos fallos defensivos, clamoroso el del sobrevalorado Sergio Ramos, simple desajuste el del Sporting. A un equipo de Primera no le pueden meter un gol en un saque del portero, que así fue el tanto de la estimable Ponferradina. Claro que es peor que el que se considera mejor central del mundo no puede fallar en un salto franco ante un balón que no ofrecía dificultad. Los dos equipos derrotados a lo largo del jueves se verán, pues, en Gijón en un apasionante comienzo de una Liga apasionante.
Pero antes pasarán bastantes cosas. Más de dos semanas suelen dar para mucho, y más en el mundo del fútbol. Por lo pronto, Abelardo, el gran timonel rojiblanco, abrirá con su pregón la Semana Grande de un Gijón echado a la calle y revestido de rojiblanco como lo demuestran las colas que se forman en El Molinón para sacar los abonos para la temporada que empieza o el entusiasmo que levanta la chavalería rojiblanca por donde pasa, por ejemplo, en la Feria de Muestras, ayer, con motivo de la visita a los stands de dos patrocinadores.
A ver qué dice el entrenador rojiblanco, que amén de líder deportivo es ahora mismo un fenómeno social porque todo el mundo, incluso los ciudadanos que no han pisado en sus vidas el Anfield del Piles, le reconoce el enorme logro que ha alcanzado. Aunque nadie haya hablado de una alameda para el entrenador gijonés. Será que el palurdismo está en franco retroceso, lo que, damas y caballeros, señoras y señores diputados, es una muy buena noticia.
Metidos en estas harinas, se conoce que Diego Castro, el ojo derecho de medio sportinguismo de última hornada, se va a jugar al fútbol al otro extremo del mundo, a Australia, país que comienza a ser destino de futbolistas españoles. Se ve que el buen extremo gallego no ha tenido ofertas interesantes de España después de una floja temporada en el Getafe. La impresión que da desde lejos el hijo de Fernando Castro Santos es que aún tiene cuerda para rendir, y más en Australia. Es el segundo protagonista rojiblanco en irse a aquel apasionante país; el otro, como sin duda recordarán los agudos lectores, fue Andreu.
Pero la mayoría del pueblo fiel reconocerá que hasta ahora la imagen del verano es la de Messi agarrando por el cuello a un rival, jugador de la Roma. Algo gordo tuvo que hacerle el contrario para que la estrella argentina tuviera una reacción como ésa. Se ve que ha vuelto con cierta rabia, quizá por las críticas que recibe en Argentina, críticas que producen vergüenza a Jorge Valdano, otro que ha reaparecido con fuerza. Son curiosas las reacciones de los astros ante situaciones más o menos inesperadas; a Messi se le ve enfadado pocas veces con los rivales, pero a veces hay que enfadarse. ¿O no?
