Después de perderse dos Juegos Olímpicos consecutivos de aquella manera, Javi Hernanz se plantea esta semana como un ahora o nunca. A partir del jueves empezará a jugarse en Milán la única opción de clasificación que tiene su K-4 de clasificarse para la cita de Río de Janeiro del año que viene. Javier Hernanz Agüera (Arriondas, 1 de febrero de 1983) viajó el viernes hacia Italia con las mejores sensaciones, tanto personales como colectivas. Asegura que la planificación ha sido correcta y que tanto él como sus compañeros de barco (Íñigo Peña, Rodrigo Germade y Óscar Carrera) están en un momento formidable. Pero sabe que los paises con más tradición piragüística irán a Milán con el cuchillo entre los dientes.

Un mundial de piragüismo siempre es un test exigente. Un mundial preolímpico es el no va más. Y tampoco está en juego lo mismo en el K-4 que en otras modalides, donde habrá más oportunidades de clasificación para Río. "Lo importante es que no tuvimos ningún contratiempo en la preparación", explica Hernanz desde la concentración del equipo español en Madrid, en vísperas del viaje a Italia. "La competencia va a ser tan grande que, por muy bien que nos salgan las cosas, lo mismo subimos al podio que nos quedamos fuera de la final. En los últimos cuatro años hubo más de diez barcos que ganaron una prueba de la Copa del Mundo. Del primer puesto al octavo puede haber un segundo o dos de diferencia".

Hernanz destaca el "salto de calidad" del K-4 español el año pasado, reflejado en la medalla de oro en la Copa del Mundo, precisamente en Milán. Un dato más para el optimismo, como explica el asturiano: "Lo que más tranquilidad me genera es que la pista es bastante imparcial. En otras, como Duisburgo o Szeged, el viento beneficia a unas calles y perjudica a otras. La pista de Milán es muy abierta".

Así que Hernanz y sus compañeros sólo se preocupan, cuando llegue el momento, "de palear como sabemos palear". Elogia la planificación de su entrenador, Luis Brasero, que fue el que creyó en él y sus compañeros hace tres años: "Todas las pruebas médicas y los valores que ofrecemos son una pasada. Los cuatro somos unos portentos". Y expone su ejemplo: "Al Mundial llego con cuatro kilos menos que al Europeo. Nunca estuve tan bien físicamente com ahora. Quizá porque es mi última oportunidad. Un varapalo como el de hace cuatro años sería difícil de superar".

Pese al considerable esfuerzo de los últimos meses, Javi Hernanz asegura que "estoy difrutando mucho con este K-4. La convivencia es muy buena porque nos complementamos y me gusta mucho este deporte. No creo que el piragüismo me deba nada, ni que tenga que achacarle los malos momentos. Me parece que es una actividad que une disciplina, amistad y cultura".