"Parece que estoy viendo un poco de luz". Son palabras de Boris, el central del Marino que el pasado miércoles jugó un minuto en Miramar en la semifinal de la Copa Federación después de nueve meses lesionado. "Me sentí bien, estoy muy contento de volver", añadió el avilesino.
El central rompió el ligamento cruzado de la rodilla izquierda el 27 de noviembre del pasado año entrenando en El Tragamón con el Marino y pasó por el quirófano el 20 de enero. Esta fue la primera operación del jugador avilesino (35 años) en su dilatada carrera, en la que jugó en Primera con el Oviedo, Real Sociedad, y Numancia; y en Segunda con el Oviedo, Córdoba y Numancia.
El pasado 29 de junio recibió el alta médica y empezó la pretemporada con el equipo, pero un dolor intercostal le impidió estar en el debut liguero en Colunga. "Llevo nueve meses parado y cuesta arrancar porque se cargan las piernas y parece todo son problemas. El dolor surgió al girar la cintura en un tiro a puerta, pero fueron diez días y ahora todo está bien, por fin, y solo me queda ir cogiendo confianza", explicó.
La lesión le llegó en el peor momento porque estaba atravesando un buen momento de forma, y fueron nueve meses interminables. "Sabemos que esto puede pasar y hay que tomarlo así y tirar hacia adelante, pero fue muy duro, sobre todo porque es mucho tiempo y va muy lento y, aunque yo no tuve muchos dolores, parece que nunca mejoras. A partir de los cinco meses y cuando empiezas a tocar el balón, ya va mejor la cosa", comentó.
Boris reconoce que pensó en dejar el fútbol. "Me lo planteé por la edad, pero seguí adelante gracias a mi familia y a mis amigos, que me recordaron que esto es lo que más me gusta y en lo que llevo toda la vida. Al principio es duro, pero a medida que vas mejorando apetece seguir jugando y volver cuanto antes".
El técnico, Blas García, lo incluyó en la lista ante el Oviedo B porque el equipo anda muy justo de efectivos y la idea era que jugara 10-15 minutos, pero el ritmo del partido era bastante exigente y apenas pudo jugar un minuto en la prórroga. "En todo caso estoy muy contento, sobre todo por el cariño que me dio la grada, me aplaudió y se lo agradezco a la afición porque he pasado malos momentos y solo por ese gesto merece la pena seguir luchando y seguir jugando al fútbol".
El Marino empezó la Liga con una derrota (1-0) en Colunga y Boris ansía ayudar al equipo cuanto antes. "Tengo muchas ganas de encontrarme bien, de jugar y de ayudar al equipo, sobre todo después del primer palo en Colunga, pero esto del fútbol es muy largo y estamos empezando". Y añadió. "Al equipo lo veo bien. Estamos entrenando duro desde la pretemporada y haciendo un buen bloque con jugadores que han venido este año y que están aportando mucho porque es gente muy profesional. Entre todos vamos a intentar partido a partido meternos arriba, que tiene que ser nuestro objetivo". Un objetivo que está caro por la igualdad existente en la categoría. "La Tercera va a ser dura porque hay equipos muy buenos y otros que en teoría parece que no van a ser complicados, al final te la lían como nos pasó en Colunga. Un año complicado, pero tenemos equipo para intentar estar arriba", concluyó.
