James es uno de los damnificados del "sistema Bale", ese empeño de Rafa Benítez de convertir al galés en el mediapunta del Madrid. Tras calentar banquillo en El Molinón, ayer le tocó tejer su fútbol de lujo arrinconado en la derecha. No le importó. Desde su esquina, el colombiano descosió al Betis en los cuatro primeros goles, dos de ellos con su prestigiosa firma: una falta que entró como un obús y una espectacular chilena que enloqueció al Bernabéu. Keylor Navas también avivó el debate, con dos intervenciones que ponen en duda la necesidad de echar el resto por De Gea. La madrugada solo se torció para Cristiano Ronaldo, que no pudo con el acribillado Adán.
Después de noventaypico minutos de frustraciones en Gijón, al pelotón de asalto madridista le bastaron ochenta segundos para desmontar al Betis. Mucho más tierno defensivamente que el Sporting, el equipo de Pepe Mel dio todas las facilidades para que James metiese un centro al área, por donde apareció Bale para cabecear con estilo y contundencia. Esa jugada mostró lo mejor que puede ofrecer el galés en la posición que le ha regalado Benítez, la llegada a la espalda de los centrales. O, como en el 5-0, la posibilidad de probar su cañón desde posiciones centradas.
Benítez confirmó que su hoja de ruta va a tener como damnificados, alternativamente, a Isco y James. Recuperado Benzema, el técnico no dudó cederle el paso desde el inicio, lo que condenó al malagueño al banquillo. Y aunque el francés no correspondió a la confianza de su técnico, al fallar un mano a mano con Adán en el minuto 3, sí fue vital en el engranaje ofensivo blanco. Volvió a fluir el ataque del Madrid, que se desmelenó con un arranque de partido trepidante, hasta convertir al Betis en un juguete.
Los de Mel se libraron del segundo de milagro y, a partir de su descaro y buen manejo del balón, adormecieron a la fiera blanca. A partir del cuarto de hora se equilibró el dominio, con Kroos y Modric en inferioridad numérica en el eje. El Madrid pasó a su versión más contragolpeadora, pero el 2-0 llegó a balón parado, en una falta lateral que James convirtió en un misil tierra-aire que se coló tras sobrevolar el área y golpear en el poste derecho.
Poco después, Keylor abandonimato su anonimato para quitarle a Rubén Castro un gol hecho. El Madrid recuperó el hambre en el vestuario y, en una jugada iniciada por James, Bale le regaló a Benzema un cabezazo a placer. Poco después, James levitó en el área pequeña y, con 4-0, el partido se convirtió en un correcalles. Navas se reivindicó al parar un penalti a Rubén Castro y Adán, después de ganar todos sus duelos con Cristiano, se rindió al zambombazo postrero de Bale.
