El Sporting B no dio una buena imagen en la primera salida de la temporada y acabó derrotado por un Tudelano que dominó el partido desde el pitido inicial. El filial rojiblanco estuvo perdido sobre el terreno de juego y mostró debilidad defensiva, escasa compenetración entre los jugadores y falta de ideas en ataque. Mucho deberá trabajar el equipo técnico encabezado por Tomás Hervás a lo largo de la semana para lograr una mejora significativa de cara al derbi regional contra el Lealtad de la próxima semana en Mareo.

El Tudelano salió muy motivado para agradar a su público en su debut liguero en casa y con la intención de resarcirse de la derrota cosechada en la primera jornada de liga ante el Izarra (1-0). Los rojiblancos, por contra, saltaron al terreno de juego con cierta falta de intensidad y lo pagaron pronto porque no había pasado el primer cuarto de hora desde el comienzo del partido cuando los locales dieron el primer zarpazo.

La jugada empezó con un buen centro de Nandi al corazón del área que cabeceó a la perfección Arkaitz al fondo de la red. Un mazazo para los jóvenes jugadores rojiblancos, que intentaron engancharse al partido.

Intentó estirarse el Sporting B para engancharse cuanto antes al partido, pero los hombres de Tomás Hervás evidenciaron que todavía tienen mucho trabajo por delante para convertirse en un bloque sólido y con capacidad de reaccionar ante un gol en contra tan tempranero.

A la descoordinación entre los jugadores, se unió también una falta de ideas impropia de la calidad los jóvenes rojiblancos y ello se tradujo en una primera mitad plácida para los pupilos de Manix Mandiola, que siempre tuvieron el control del esférico y gozaron de varias ocasiones para ampliar las diferencias en el marcador.

Las más claras fueron en el minuto veinte, cuando un centro de Eneko se paseó por la linea de gol sin que Arkaitz llegara por milímetros y diez minutos después, en una jugada calcada pero en esta ocasión fue Eneko el que no llegó por poco al centro de Arkaitz. Lo más destacable que ofreció el cuadro rojiblanco en esta primera mitad fue un disparo de Pablo Fernández a la escuadra que pudo cambiar el signo del partido, pero se encontró con una mano milagrosa del meta local Pagola que evitó el tanto.

El partido cambió algo tras el paso por vestuarios. El Tudela dio un paso atrás y se dedicó a conservar la ventaja a la espera de matar el encuentro en algún contraataque. El Sporting B, por su parte, dio algunas muestras de mejoría, aunque no fueron suficientes para superar la ordenada y rocosa defensa navarra. Así fueron pasando los minutos sin que nadie lograra pisar el área rival con peligro, ofreciendo ambos conjuntos una segunda mitad aburrida sin ocasiones de gol ni demasiado fútbol.

Los gijoneses tienen una semana para preparar el partido contra el Lealtad y ofrecer a su público una versión mejorada.