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una semana de pasada

Perdón, nos hemos equivocado y no volverá a ocurrir

Abelardo habla con Halilovic durante un entrenamiento del Sporting. REUTERS

Los lunes en época futbolera siempre son un termómetro de la marcha de los equipos. Cuando todo va bien no hacen falta muchas explicaciones, ni debates, ni historias. Simplemente se disfruta con los goles del día anterior, o echando un vistazo a la tabla clasificatoria. Pero en los malos momentos, los ideólogos de los clubes planifican las apariciones de los pesos pesados de la plantilla. Por lo visto, en el Oviedo ese papel le ha tocado esta tempoada a Jon Erice. Nacido en Pamplona y oviedista desde 2013, su consideración en los despachos ha sido meteórica si la comparamos con su peso en el terreno de juego. Quizá por eso, o por su condición de capitán, a Erice le tocó comerse el primer "marrón" de la temporada, justo después del gatillazo de Mendizorroza. El centrocampista interpretó decorosamente su papel con el discurso típico en estos casos: nos hemos equivocado, pedimos perdón y no volverá a ocurrir. Todo muy pulcro y políticamente correcto, pero muchos oviedistas echaron de menos el discurso de alguien que transmite credibilidad en cada aparición pública. Pongamos que hablo de Esteban.

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