El deporte español, o al menos una parte de sus deportistas, técnicos y dirigentes, ha hecho suficientes méritos para que por ahí fuera vean con desconfianza tanto éxito. La "Operación Puerto" y otras similares han dejado la sensación de que el que la hace no siempre la paga. Pero de eso no tiene ninguna culpa Pau Gasol. Ni, por supuesto, Nicolás Terrados. El blog de "Le Monde" en el que se juntaban ambos nombres, así como el que no quiere la cosa, sonaba más a pataleta de mal perdedor que a una investigación rigurosa del extraordinario rendimiento del pivot catalán. A estas alturas no es conveniente poner la mano en el fuego por nadie, pero los que conocen de cerca a Pau reiteran que no hay más secreto que la genética, la calidad y el máximo cuidado para tener su cuerpo siempre a punto. Para que le ayuden en su propósito de seguir en la excelencia busca a los mejores, y entre ellos está sin duda Terrados. El médico andaluz afincado en Asturias ya salió absuelto de las acusaciones que provocaron su expulsión del Tour de 1998. Desde entonces, alejado por voluntad propia del mundo del ciclismo, Terrados ha seguido atendiendo a grandes estrellas del deporte, pero por encima de todo ha convertido a la Unidad Regional de Medicina del Deporte de Avilés, desde donde fomenta programas relacionados con el ejercicio físico y la salud.