A Fernando Alonso la carrera se le complicó desde la salida. El asturiano, noveno en la parrilla, su mejor puesto de todo el año, no pudo evitar al Williams de Felipe Massa tras el trompo de éste en la primera vuelta y el toque le pinchó una de lass ruedas traseras de su Mclaren. De golpe se veía a la cola del pelotón, pero poco a poco fue subiendo posiciones aprovechando tanto los aciertos propios como los errores ajenos.
"Me he divertido más que en todo el año. De último a quinto", escribía el piloto en su cuenta de Twitter tras la carrera. Y es que, sin estridencias, piano piano, remontó posiciones hasta que al retirarse el último coche de seguridad, en la vuelta 47, se encontraba quinto confiando en que le aguantaran los neumáticos.
Lo hicieron, pero está visto que este año la tostada siempre le cae al asturiano del lado de la mantequilla. Un problema eléctrico recortó a mínimos la potencia de su McLaren y aquello se convirtió en una pesadilla. Una a uno le fueron pasando el mexicano "Checo" Pérez, su compañero Jenson Button, el español Carlos Sainz (séptimo al final tras salir desde la última plaza), el venezolano Maldonado, el brasileño Felipe Nasr y, en la última vuelta, el australiano Ricciardo.
Undécimo, de nuevo rozando los puntos como hace dos semanas en Sochi. Maldito Murphy.
