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El encanto de la primera vez

Ciriaco Cano, doce temporadas como jugador del Sporting y cuatro como entrenador, elige el 3-0 al Torino como su mejor recuerdo rojiblanco

El encanto de la primera vez

Entre sus doce temporadas como jugador y cuatro como entrenador del Sporting, Ciriaco Cano vivió innumerables momentos para el recuerdo. Al elegir el partido frente al Torino en El Molinón demuestra lo que siempre ha guiado a este extremeño (Plasencia, 4 de agosto de 1948): el equipo por encima de todo. Porque en lo personal, aquella noche no fue muy diferente a muchas otras y Ciriaco cumplió como lo que siempre fue, un jugador de club. Pero el 13 de septiembre de 1978 quedó para la historia del Sporting como el del estreno en una competición europea. Y con estrambote porque el Torino se marchó de Gijón con un 3-0.

En apenas un año, el Sporting había pasado de Segunda a clasificarse para la Copa de la UEFA. Ciriaco era uno de los veteranos porque había llegado en 1971 procedente del Elche. Pero aquello también era nuevo para él. "Ilusionados y preocupados" recibieron los sportinguistas el sorteo europeo: "El Torino nos parecía un rival muy complicado, pero en el vestuario había confianza porque teníamos un equipazo".

Al frente de aquel grupo que hizo historia estaba Vicente Miera, un entrenador que cambió la mentalidad de sus jugadores. "Con Vicente aprendimos a ser profesionales", admite Ciriaco, que en aquel momento tuvo que sufrir las rigideces del técnico cántabro. "Nos concentraba antes y después de los partidos. Como jugábamos entre semana, pasábamos más tiempo con los compañeros que en casa". El Hotel Príncipe de Asturias era el lugar elegido en aquellos tiempos. Ciriaco y sus compañeros pudieron palpar allí el ambiente previo al partido, incluso compartiendo ascensor con aficionados italianos. También en los paseos por el Muro de San Lorenzo, con muchos sportinguistas recordándoles la importancia de la eliminatoria para el Sporting.

"En partidos como ese siempre sientes un cosquilleo especial", admite Ciriaco, de carácter tranquilo. No le inmutó ni la decisión de Miera de situarlo de lateral derecho: "Ya había jugado más veces ahí, incluso alguna de central y lateral izquierdo". Además, el partido salió redondo: "El gol de córner directo de Ferrero tan pronto nos ayudó, pero es que salimos fuertes. Siempre decíamos que en los diez o quince primeros minutos tenía que haber bastantes uys".

"Ellos, como buenos italianos, salieron a esperar, pero cuando metimos el segundo arriesgaron un poco", resalta Ciriaco, que rememora el ambiente eléctrico de un Molinón de gala. Fue la noche soñada, aunque ni con el 3-0 el Sporting viajó tranquilo a Turín. "Sabíamos que lo íbamos a pasar mal, sobre todo en los primeros veinte minutos. Achuchaon mucho, pero aguantamos bien toda la primera parte". Cuando la estrella del Torino, Grazziani, logró el 1-0 en el minuto 65, el Sporting ya había superado su bautismo europeo.

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