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Tiritas en forma de goles

El Madrid levanta su autoestima aplastando al Malmoe con Cristiano Ronaldo como ariete batiendo un nuevo récord

Arriba, el momento en el que Cheryshev sustituye a Kovacic, y sobre estas líneas el jugador ruso corre por la pelota con Tinnerholm. EFE

La lucha por mejorar el aspecto futbolístico está ahora olvidada, descansa en un segundo plano. Lo que urge en estos momentos es levantar la moral, reparar el factor moral. Son las consecuencias, aún latentes, de la goleada del Barça en los cimientos del proyecto liderado por Benítez. Bajo esta perspectiva, la visita del Malmoe al Bernabeu puede considerarse un éxito rotundo. El Madrid ganó, goleó y cerró la primera fase de la Liga de Campeones con una sonrisa. Cristiano recibió cien balones y lo intentó otras tantas veces. También hubo cariño para Benzema y minutos para James. El Malmoe fue amable en su visita. Tiritas para las heridas. El debate futbolístico, el que decidirá si el Madrid puede aspirar a cotas mayores, queda aplazado a más adelante.

Es comprensible que en el clima de intranquilidad a todos los niveles (Barça, Cherishev, faxes, Florentino contra el mundo?) los de Benítez no se tomen ninguna velada con calma. La intensidad viene incluida en el guión. En este tipo de partidos, el equipo acaba contagiándose del espíritu de Cristiano, que no entiende de citas sin importancia en su afán por saciar su ego, por dejar las estanterías rebosando de medallas. Así que el juego se volcó hacia el portugués, que a los diez minutos probó con un cabezazo en el área. Un minuto después, retó a su par, ganó la línea de fondo y la puso con la zurda. Isco llegó al remate y la defensa rechazó. Benzema, en el lugar adecuado, empujó a la red el primer gol del partido.

Con Casemiro como ancla, el resto de futbolistas por delante de él actuaron con tendencia a buscar el área: Kovacic, James, Isco, Benzema y, por supuesto, Cristiano. A los 23 se repitió fórmula. Cristiano centró, esta vez desde la derecha, y Benzema cabeceó con elegancia a la red. 2-0. Entre el segundo gol y el tercero (15 minutos) todo pasó, de nuevo, por Cristiano: Fallo claro con la cabeza en el área pequeña, derechazo al centro, zurdazo que detuvo el portero. A los 38 decidió intentarlo de falta: disparo con bote y estirada perezosa del meta: 3-0.

En el descanso los de Benítez recargaron su depósito de ambición. Cuatro minutos después de la reanudación, Ronaldo había aportado otros dos goles. El 4-0 premió la buena ubicación del luso y el 5-0 su insistencia. Dos goles con poca estética y máxima eficacia. Como el nueve que Cristiano parece convencido en convertirse a estas alturas de su carrera. Una salida inteligente a medio plazo si quiere estirar sus años en la élite. El quinto incluyó dedicatoria especial: a Cheryshev, rostro de buen chico, en el banquillo.

La tesis "pro Cristiano delantero" fue reforzada en el sexto gol blanco, cuarto del luso. Benzema, delantero nómada, emigró a la esquina y desde ahí habilitó a Isco con un preciso taconazo. Cuando el malagueño levantó la cabeza vio el amago de Cristiano en el centro para desmarcarse al primer palo. Desde ahí fue más sencillo rematar a gol. El cuarto tanto del luso sirvió para derribar otro muro estadístico, el de más goles en la fase de grupos de la Liga de Campeones: 11 tantos en seis partidos.

Sonrió Ronaldo con la marca y sus compañeros decidieron que ellos también querían probar la receta anti depresión, la que ayuda a aliviar las penas con goles. Kovacic alcanzó un rechace en el área antes que nadie para anotar el séptimo. El octavo fue de Benzema, tras recorte y definición. Aprovechó Benítez la situación para intentar curar otra herida. Salió al campo Cheryshev y el respetable le recibió con división de opiniones. No todos tienen claro que la culpa de la eliminación copera sea de la Federación y del Villarreal.

Los blancos vieron saciada su hambre tras el octavo. El festín había sido completo y los fantasmas pasados habían desaparecido durante algunos minutos. La victoria hace pensar en un futuro mejor. Pero la comprobación queda pendiente de exámenes de más entidad.

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