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Fútbol Primera División

La BBC desafina en El Madrigal

El Madrid, superado por el Villarreal en el primer tiempo, paga la falta de puntería de Bale, Benzema y Cristiano en el arrollador inicio tras el descanso

Cristiano Ronaldo y Benzema disputan un balón con Víctor Ruiz y Musacchio. HEINO KALIS / REUTERS

Tras dos sesiones de baño y masaje, frente al Getafe y el Malmoe, el Madrid de Benítez volvió a la cruda realidad. La de un equipo que sufre cuando el rival tiene un centro del campo competente. Y que, como ayer en El Madrigal, desaprovecha una oportunidad tras otra cuando se adueña del partido. Fue ahí, durante el primer cuarto de hora del segundo tiempo, cuando apareció el Madrid arrollador, lanzado por la facilidad para jugar al fútbol de James, Modric y Marcelo. Sintonizaron una y otra vez con la BBC, pero Bale, Benzema y Cristiano se cansaron de fallar goles. El Villarreal, que había despachado un primer tiempo delicioso, resistió como pudo y puso a buen recaudo el gol de Soldado, un exmadridista con olfato goleador.

Los acontecimientos de El Madrigal reavivarán el debate sobre el dibujo que mejor le sienta al Madrid. Ante rivales de medio pelo, la BBC ha demostrado sobradamente su poderío. Cuando enfrente hay jugadores de calidad y un equipo tan bien armado como el de Marcelino García, la cosa se complica. Si, además, el Villarreal sale sin ningún complejo, a jugar el balón y buscar al Madrid en su campo, puede ocurrir lo que se vio ayer. Cuatro centrocampistas con buen pie (Dos Santos, Trigueros, Bruno y Denis Suárez) se llevaron por delante a los tres del Madrid, entre los que no estaba Kroos. Benítez prefirió a Casemiro, tan perdido como los demás.

Al Villarreal le bastaron ocho minutos para poner a la defensa del Madrid al borde de un ataque de nervios. Con un juego rápido y preciso, en la primera llegada Dos Santos remató al poste. A la segunda, Soldado coló entre las piernas de Navas un balón que le cedió generosamente Bakambu tras un robo de balón de Bruno a Modric. En la más pura filosofía cruyffista, Marcelino obvió los recientes problemas defensivos de su equipo planteando un partido al ataque. Ni con 1-0 dio un paso atrás el Villarreal. Y con variedad de registros, aprovechando las condiciones de Bakambu. El congoleño cruzó demasiado un remate tras ganarle un sprint a Pep y, poco después, finalizó con un remate forzado una jugada de combinación que pedía un último pase a dos compañeros mejor situados que él.

Al no poner tierra de por medio antes del descanso, el Villarreal se arriesgó a la reacción de la bestia blanca. Y bien que lo sufrió. El Madrid le devolvió la moneda del inicio del partido, corregida y aumentada. Porque en un cuarto de hora, el área local pareció un escenario de guerra. Llovían los balones como bombas sobre la defensa castellonense, pero de forma incomprensible ninguno acabó dentro. Cristiano Ronaldo y Benzema desafinaron en disparos sencillos y Areola respondió con un paradón al único remate a portería, de Bale.

En cuanto pudo dar tres pases seguidos, el Villarreal recompuso la figura. Siguió sufriendo el acoso del Madrid, pero de vez en cuando amenzaba a Navas, como en un duro remate de Soldado. Los de Marcelino también tiraron del otro fútbol, de las triquiñuelas para frenar el ritmo del Madrid. En ese apartado destacó especialmente Bailly, que acabó sustituido por un problema en el hombro. También Benítez movió el banquillo para la carga final. Esta vez dejó en el campo a James, que inventó la última gran ocasión, tras una sucesión de amagos al borde del área. Pero tampoco encontró portería.

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