Las protestas de la pasada semana en Liverpool y Stuttgart contra el precio de las entradas es un aviso para los dirigentes del fútbol español. Hasta ahora las ligas inglesa y alemana tenían fama de ofrecer entradas asequibles, así que los dirigentes españoles deberían de ir tomando nota. Si parte de la afición del Liverpool, que hizo famoso el lema "Nunca caminarás solo", es capaz de abandonar las gradas de Anfield en pleno partido como medida de presión, cualquier cosa puede pasar. Las 77 libras (100 euros) por un Liverpool-Sunderland parecen ciertamente excesivas para el poder adquisitivo de un ciudadano medio inglés. Más sorprendente resulta la reivindicación de los seguidores del Borussia Dortmund, que consideraron muy caras entradas de entre 20 y 40 euros por un partido de la Copa alemana en Stuttgart. Como referencia cercana, un adulto tuvo que pagar 30 euros ayer por ver el Oviedo-Tenerife. Y para acceder a El Molinón un miércoles, a las 6.30 de la tarde, hay que desembolsar como mínimo 70 euros. Demasiado, aunque sea por un Sporting-Barça.
