Fernando Alonso sigue en Melbourne. Sol y playa como mejor medicina para restañar las heridas -mínimas- dejadas por el tremendo accidente sufrido el domingo, cuando en la decimoséptima vuelta del GP de Australia intentaba adelantar al Haas el mexicano Esteban Gutiérrez. Imágenes escalofriantes que dieron la vuelta al mundo y que llevaron al diario australiano "Herald Sun" a considerar al asturiano a doble página en su portada como: "El hombre más afortunado del mundo".

La imagen de Alonso en su McLaren-Honda volando cabeza abajo ilustra la portada del "Sun", que destaca en otro de sus titulares: "Alonso engaña a la muerte a 300 kilómetros por hora".

"Creo que se refieren a mí..." comentó con buen humor el piloto ovetense a través de su cuenta en Twitter, comentario que acompañó de una fotografía suya leyendo la edición impresa de dicho diario.

El accidente, en todo caso, ha dejado mínimas secuelas fíticas en el doble campeón del mundo, con una pequeña venda en su rodilla derecha como único signo externo después de que el domingo ya se le viera cojear tras el accidente. Por dentro la cosa estaba un poco peor: "He dormido mal y tengo doloridas las costillas", comentaba el ovetense al periodista Roger Benoit, corresponsal deportivo del diario alemán "Blick", con quien coincidía ayer en la playa de Santa Kilda, en Melbourne. Del encuentro quedó la correspondiente imagen que Benoit también subió a su cuenta en Twitter.

El GP de Australia, por otra parte, ha servido para unir a todos los equipos en contra del nuevo sistema de clasificación ideado por la FIA. "El nuevo formato es una basura", resumía Toto Wolff, el director deportivo del equipo Mercedes.

Y es que si lo que se pretendía era dotar a la clasificación de un mayor interés, lo conseguido ha sido justo todo lo contrario. El que Lewis Hamilton se bajase de su coche a tres minutos del final con la pole en el bolsillo, o la foto de Sebastian Vettel paseando por el paddock cuando aún no había acabado la Q3 han terminado por ser la chispa que ha hecho estallar la indignación.

Las críticas de Toto Wolff son especialmente importantes pues se producen después de que sus dos pilotos, Hamilton y Rosberg, coparan la primera línea de la parrilla. Pero Wolff esplica así la necesidad del cambio: "Se trata de hacer un deporte más dinámico y que enganche al espectador. De lo contrario nos quedaremos todos sin trabajo".