Tranquilo tras el tremendo susto de Melbourne y optimista ante el futuro. "Me ha visto el médico y me ha dado el OK. Estamos enteros y casi recuperados", señaló el bicampeón asturiano Fernando Alonso en declaraciones a la Cope. "Tengo un poco dolorido el cuerpo, como si hubiese entrado en una lavadora gigante y me hubiese puesto a dar vueltas, pero no tengo ninguna marca ni nada hinchado, ni un hematoma grande. Dentro de dos o tres días ya estoy en la bicicleta o haciendo alguna actividad", señaló el ovetense para añadir: "La próxima vez que me suba al coche me sentiré más vivo que nunca".

Al describir el momento del accidente sufrido al intentar adelantar al mexicano Esteban Gutiérrez, Alonso dijo: "Cuando choco contra el muro pienso: 'ésta va a ser una buena torta y a ver si no me hago daño'. Luego el coche vuelca, porque se mete en la gravilla y ahí ya pierdo la posición. Veo el cielo, la gravilla, luego de nuevo el cielo... Y cuando se para el coche, que tampoco sabes muy bien dónde estás, veo un hueco para salir porque estaba boca abajo y me dije: 'voy a salir por si acaso y que el coche siga dando tumbos'. Fíjate, no sabía ni dónde estaba ni si el coche había parado, ni si va a seguir. De ahí que me diera tanta prisa en salir", agregó.

Sobre su manera de actuar al verse dando vueltas de campana comentó: "Te encoges un poquito; intentas hacerte pequeñito dentro del habitáculo para que no haya ningún golpe en la cabeza. Vamos muy sujetos pero ves cómo el morro del coche va chocando contra el suelo, luego el lateral, sigues volcando y dando vueltas y lo único que piensas es que en una de esas vueltas no esté la cabeza expuesta ni contra el muro ni contra la valla ni contra el suelo porque puede ser una lesión grave", comentó.

"Vi que estaba bien, que no me había pasado nada. Un poco dolorido del golpe porque tienes la columna de dirección del volante entre las rodillas y te vas dando golpes. Estoy agradecido de que no fuese nada y de que Esteban (Gutiérrez) también estuviese bien", señaló.

El ovetense cree que ha tenido suerte en su carrera y que lleva "unas cuantas vidas afortunadas", sobre todo tras el accidente en Spa en 2012 cuando el Lotus de Grosjean le pasó "más o menos a un palmo" de la cabeza. "Si hubiese pasado un poco más atrás hoy no estaría aquí", dijo.