El Avilés se volvió a quedar en el camino casi antes de empezar a andar y es la tercera intentona de ascenso fallida en cuatro últimos años. En esta ocasión fue más doloroso, si cabe, porque el equipo no hizo un buen partido cuando más se esperaba de su capacidad para superar el 1-0 adverso de la ida y acabó cediendo ante el Lagun Onak en los penaltis después de desperdiciar tres lanzamientos para pasar ronda.

El equipo ya está de vacaciones y el técnico, Pablo Lago, dejó en el aire su futuro aunque reconoció que le gusta el proyecto que tiene el club y que trabajó "muy a gusto" durante esta temporada.