El Avilés ya empezó a trabajar para la próxima temporada y ayer presentó el primer fichaje del nuevo proyecto, el delantero avilesino de 18 años Sergio Ríos Coto, que ya estuvo en el club desde prebenjamines hasta cadetes de segundo año y que regresa tras pasar por el Quirinal, con el que quedó pichichi en Liga Nacional al marcar 34 goles, su mejor marca desde el fútbol sala.

El joven punta, que llega de la mano de José Luis Tamargo, el asesor de Tejero para los asuntos del primer equipo, firmó por tres años para jugar en Tercera División y lleva un mes entrenando a las órdenes de Pablo Lago, desde que concluyó la liga juvenil.

Ríos empezó a jugar en el colegio Quirinal y la pasada temporada entrenó en varias ocasiones con el División de Honor del Oviedo por el acuerdo de colaboración entre ambos clubes. El club ovetense le propuso hacer la próxima pretemporada con el filial de Tercera, pero sin el compromiso de hacerle ficha y con la condición de cederlo si al final no interesaba para el equipo, pero declinó la propuesta. "No me llamaba la atención", señaló.

El Avilés le sigue desde hace tiempo y trató de incorporarlo en enero con ficha del filial aunque con opciones de jugar en el primer equipo, pero el punta prefirió acabar en el Quirinal. "Yo hablé con él cinco veces y lo estuvimos viendo tanto Pablo Lago, como Muñiz y yo durante la temporada", comenta el secretario técnico del club, Juanjo Prendes, para certificar el interés por el jugador.

Prendes precisó que Lago está "muy contento de su trabajo con el equipo", y destacó "su calidad, desparpajo y buen físico", aunque recordó que es joven y "tendrá que coger experiencia con los años, pero apunta muy alto".

El nuevo futbolista blanquiazul llega "muy contento" a un club, precisó, "con exigencias y con un proyecto ambicioso para el próximo año", y en el siempre quiso estar porque "desde pequeño pensé en jugar en el Avilés y al final se cumplió".

Su integración es el vestuario fue total porque "es un grupo muy bueno, con mucho feeling entre los compañeros y desde el primer día me acogieron muy bien", y el domingo sufrió como uno más el varapalo por la eliminación ante el Lagun Onak. "Fue muy mala suerte y una pena que el trabajo de un año se acabe en una tanda de penaltis", señaló.

El objetivo que se ha marcado es "participar y ayudar con goles a lograr el objetivo de subir a Segunda B", aunque asume que habrá mucha competencia y que tendrá que trabajar duro.

Lo curioso es que logró su mejor marca goleadora en un año en el que no hizo pretemporada porque iba a ir a estudiar enfermería a Lugo. "Al final no entré y empecé a jugar en el Quirinal como un hobby para centrarme sobre todo en los estudios, pero me encontraba muy bien físicamente, las enchufaba todas y al final acabé pichichi". Le pega con las dos piernas porque "desde pequeño siempre usé mucho la izquierda y la sigo utilizando" y se define como un jugador "bastante rápido que sabe aguantar el balón y pelear con los centrales".

Juanjo Prendes precisó que en un momento determinado se pensó en hacerle ficha para que pudiera jugar el play-off, sobre todo tras la lesión de Álex García, pero recordó que la necesidad era un medio centro que, precisó, "echamos mucho en falta ante el Lagun Onak por la inoportuna lesión de Jorge Sáez".