"Meré, ya le envié un e-mail al Pitu. Ya me dijo que, un día de éstos, se presentaba por aquí". José Antonio Aruiza no se conforma con la visita que le brindó ayer el central del Sporting, y en la que colaboró su amigo José María Bances. Su intención es que Abelardo también contemple el pequeño museo en el que ha convertido su habitación, en el centro asistencial de Oviedo en el que reside. Quedan pocos huecos libres ya en unas paredes pobladas de recuerdos del club rojiblanco. Entre ellos, las fotografías de sus visitas a Mareo, que tuvieron a Quini como guía, gracias, entre otros motivos, a la mano izquierda de Bances.
