Apenas 48 horas después de que LeBron acaparase todos los focos, los 12.000 espectadores del Barclaycard Center de Madrid aclamaban a otro MVP. Sergio Llul lleva tanto tiempo instalado en la excelencia que cada año resulta más admirable su resistencia a probar en la NBA. Podría ganar más dinero, afrontar un reto mayúsculo y vivir una experiencia única, pero quizá no sería tan feliz como en Madrid, jugando con un grupo de amigos que, además, forman un equipo que protagoniza un ciclo triunfal en España, con ramalazos en Europa. Casos como el de Llul, o el de Pablo Laso al frente del proyecto, son el mejor exponente del potencial de los deportistas españoles cuando les dan tiempo y medios para expresar su talento.
Una semana de pasada